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Relato de parto, Hospital Virgen del Camino en Pamplona

Hace ya 17 días que nació mi bebé y quería compartir mi maravillosa experiencia. He de agradecer a EL PARTO ES NUESTRO toda La Luz que me ha ofrecido, creo que mi parto no hubiera sido el mismo o al menos yo no lo hubiera vivido igual. Especialmente a Monica Hernandez y Marian Mahamud del grupo local de Marina Baixa (Alicante) ¡GRACIAS!

Antes de relatar mi parto, diré que me cuide mucho en mi embarazo: haciendo deporte, llevando una vida activa y sana.

Me preparé mucho física y mentalmente: leí mucho, indagué por internet, fui a reuniones, hice varios cursos presenciales y online... me preparé con hipnoparto, hice masaje perineal desde la semana 34 y utilicé el EPINO al principio para fortalecer y tonificar el suelo pélvico y al final para practicar los pujos.

Al llegar a la semana 37, obsesionada con que no me indujeran (tenía feto pequeño y después me han dicho que me hubieran inducido en la 38) empecé a hacer todo lo que pude para “ayudar a mi cuerpo a ponerse de parto” caminar más aún (2h a 2h y media al día), relaciones sexuales, estimulación de pezones, infusión de hojas de frambuesa, comer dátiles... quizá sean tonterías no sé, la cosa es que a la 37+4 mi bebé decidió nacer:

01/07/2019 Llevo todo el día rara con dolores de regla suaves y llevaderos pero incómodos... 23:30 estoy en el sofá y de repente oigo un crujido en mi interior y siento un dolor muy agudo. Pensé que me había roto en dos la cadera, fue sensación de chocar hueso con hueso.. voy al baño y hay un ligero sangrado. No me asusto, se que si no es más que una regla no hay preocuparse.

Empiezo a perder líquido, dudo sobre si será líquido amniótico, lo recojo en un vaso y si, es líquido amniótico. ESTOY DE PARTO. Expulso el tapón mucoso o lo que parece el tapón mucoso. Pienso que el líquido amniótico es lo más cercano a mi hija que tengo y decido beber un poco para sentir nuestra unión. Mantengo la calma, le digo a mi chico q vamos a ir preparándonos, el empieza a registrar las contracciones. Las primeras las paso muy bien, con mi pelota, respirando, de pie... entre contracciones me siento a escribir a mi hija en el diario que le llevo escribiendo desde el embarazo, le cuento que siento que estamos cerca de conocemos... siguen las contracciones, se hacen más intensas, me empieza a costar, me empiezo a sentir mal, me tumbo en la cama, intento mantener la calma, hay q esperar me digo, no quiero ir pronto al hospital, le digo a mi chico que se afeite, q su hija le conozca guapo, de repente siento ganas de vomitar, voy al baño vomito muchísimo, nauseas, diarrea, mi chico se asusta y me dice “nos vamos al hospital” en ese momento las contracciones son cada 7 min y duran entre 1 y 1:30.

Llegamos al hospital a las 1:50, entrego mi plan de parto, pero el plan de parto visual tan bonito que me he diseñado no lo puedo entregar porque no he llegado a imprimirlo.

Me recibe Alicia, mi primer ángel de la guardia. Me explora y me dice que estoy con el cuello casi borrado y dilatada de 2cm.

Paso a sala de dilatación: allí aparece mi siguiente ángel de la guardia: Allende. Nos deja a mi chico y a mí intimidad para vivir nuestro momento. Me ponen vía para sacarme sangre porque no tengo analítica de hace menos de un mes (me la he hecho esa mañana pero no hay resultados). No quería vía, pero me lo explica bien y no me opongo. Las contracciones se hacen mucho más intensas. Yo intento respirar, visualizar, pensamiento positivo, repetir mentalmente (las contracciones son tan fuertes como yo y necesarias para que mi bebé venga al mundo), pero el dolor es más y más intenso. Pruebo tumbada, de rodillas, sentada... sólo estoy medio bien de pie estirando con fuerza del cojín de lactancia que mi chico lleva colgando del cuello... y grito, grito como nunca, como un animal fuera de sí, entre contracciones pido perdón por los gritos, y las matronas me dicen que lo estoy haciendo muy bien, que no me preocupe por los gritos.

Pero me flaquean las fuerzas, dudo de mi capacidad y pido la epidural (3:15). Allende me dice que no me va a hacer mucho caso, me dice que yo quería parir sin epidural que sea fiel a mis principios. Le digo que si, que lo he intentado pero que falta mucho parto y que no puedo más, que quiero tener fuerzas para luego. Entonces me dice: “quizá falta menos de lo que imaginas, te hago una exploración y hablamos”. Y me parece bien. Me explora y me dice “estás de 9cm, ¿sigues queriendo la epidural?” Y entonces digo: “NO”.

Me siento súper emocionada, siento que estoy a punto de conocer a mi bebé. Me mandan a paritorios, me ofrecen ir en silla de ruedas pero no se por que me empeño en ir a pie y tardamos una eternidad porque a cada contracción me quiero morir y me paro. Entramos en un sitio en el que a mi chico le ponen bolsas verdes en los pies y de ahí vamos a una habitación pequeñita, parece una habitación de hotel, viene mi tercer ángel de la guardia: Julieta. Le pregunto si es en esa habitación donde va a nacer mi hija y me dice que si a mi me parece bien que puede nacer allí. Le digo q tengo ganas de empujar y me dice q empuje si quiero. Estoy de pie, hago un par de intentos de empujar, muy suaves. Ahora parece que las contracciones me dan tregua, puedo recuperar algo entre ellas. Me tumbo entre dos contracciones y Julieta me dice que si quiero puedo intentar empujar tumbada de lado. Así lo hago, me quedo tumbada y en la siguiente empujo y siento que mi bebé está cerca la noto acercarse. (Luego me dijo mi chico que en esa contracción se vio la cabeza pero volvió a subir). Julieta me dice que a la próxima tengo que empujar igual pero un poco más de tiempo. Así lo hago, siento presión, mucha presión, necesito empujar más, empujo, siento a mi bebé, siento el famoso aro de fuego, lo estoy haciendo, sale la cabeza, mi chico sostiene mi pierna en el aire, Julieta me dice que hay una vuelta de cordón en el cuello, la quita, en la siguiente contracción sale un hombro y me dice que si quiero coger a mi hija en la siguiente contracción ya sale toda, pero no estoy en mi del todo y no puedo acercarme a cogerla, en la siguiente contracción sale el resto del cuerpo, llora, me la dan. Mi pequeña: blanca y roja, arrugadita, pero preciosa. (3:53)

Papà corta el cordón, pinzamiento tardío como pedimos. Viene una chica y me dice q me va a poner oxitocina y le digo q no, que no quiero, “es para que no te desangres me dice” y le digo no, gracias. Pero al parecer ya me han puesto algo de oxitocina antes y he dicho que si, creo q no estaba en mi. No lo recuerdo. Y mi chico tampoco, pero bueno, no pasa nada. Como me dijo una gran persona que conocí aquí “tienes que elegir qué batallas quieres luchar” y el alumbramiento dirigido es lo que recomienda la OMS, así que no me parece tan grave.

No tuve desgarro ni episiotomia, estuve 2horas piel con piel con mi hija, tuve una recuperación espectacular, mi bebé peso 2475gr y midió 47cm. Se cogió al pecho en el piel con piel y ahora mama estupendamente. Espero que este súper tocho ayude a alguien a confiar en su cuerpo y en su bebé y a crear pensamientos y actitudes positivas frente al parto.

También decir que llevamos unos dulces al equipo de partos y unos días después mandamos una carta al jefe de partos agradeciendo la labor de mis tres ángeles de la guarda y a la planta de maternidad.

Mi parto fue en el Hospital Virgen del Camino en Pamplona.