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Relato de Parto Hospital de Basurto Bilbao

Mayo de 2021. Hospital de Basurto Bilbao Tuve un embarazo de bajo riesgo, con ecografías en las semanas 12, 20, 36 y 38 (repetida la de la 36 por abdomen pequeño). En la semana 40+6, por la mañana, mi matrona me hizo los primeros monitores y parece que aún no había contracciones. Hablamos de posibles inducciones si nos íbamos más allá de la 41+5, aunque yo me informé mucho durante el embarazo y sabía que en cualquier momento podía ponerme de parto. El mismo día que mi matrona me hizo los monitores en el centro de salud, sobre las 20.30, rompí la bolsa. Lo recibimos con alegría, el líquido era claro, con alguna manchita rosita. La niña seguía moviéndose, así que cenamos tranquilamente y nos pusimos a ver una peli. Al de dos o 3 horas empezaron las contracciones. Tenía claro que quería pasar en casa gran parte de la dilatación, así que, con la pelota de pilates, la ducha, y una app que contaba las contracciones, pasamos hasta las 5 de la mañana, cuando decidimos ir ya al hospital (está a 10 minutos de casa). Al llegar, me recibió un matrón (G.) muy agradable. Tuve que entrar sola para que me hicieran monitores y ver si realmente tenía contracciones regulares. Enseguida me lo confirmó y pasé a que me viera la ginecóloga, que me exploró y me dijo que estaba de 4cm y de parto activo. Me quedaba ingresada, por lo que, en estos tiempos de COVID, me hicieron PCR, avisaron a mi pareja y pasamos a una de las salas de dilatación/parto. Ingresé a las 6 de la mañana, y el mismo matrón que me atención al llegar me ofreció pelota de pilates y bolsas de agua caliente para calmar el dolor, siguiendo mi plan de parto. Aunque yo quería monitor inalámbrico, me dijeron que estaba ocupado y que cuando se librara me lo traerían. Aun así, me pude mover algo y estar de pie, porque el cable era bastante largo. Al de dos horas, cambió el turno de matronas y empezó el trato con la que sería mi matrona durante el resto del proceso (M.) El trato por su parte fue muy bueno, respetando mis decisiones en todo momento y animándome. Mi pareja y yo estuvimos en un entorno bastante íntimo, excepto por el momento en el que otra matrona del hospital vino a informarnos sobre la donación del cordón. Teníamos claro que queríamos pinzamiento tardío y estaba escrito en mi plan de parto, por lo que no entiendo por qué entró a distraernos (siendo además un hospital público, no entiendo que se fomenten estas prácticas, ya que la evidencia científica nos dice que la sangre es del bebé). A pesar de ese contratiempo, todo fue genial. Tengo un recuerdo muy positivo del proceso.

La epidural era una opción que tenía en mente y mi idea era decidir en el momento, según me viera. A las 11 de la mañana, tras un tacto, la matrona me dijo que estaba ya de 7 cm. El parto avanzaba bien, pero yo estaba muy cansada y decidí pedir la epidural. Esta analgesia me dejó descansar en la cama y medio dormirme para coger fuerzas para el expulsivo.

La matrona fue muy profesional y en todo momento preguntaba cómo estaba y explicaba cada procedimiento. El expulsivo duró unos 45 minutos, yo pude sentir cada contracción y sabía cuándo tenía que empujar, ella me acompañaba y animaba. Estuvieron dos matronas y dos auxiliares durante el expulsivo. Me pusieron paños de agua caliente para flexibilizar la zona y favorecer que no hubiera desgarros grandes. Recuerdo que el expulsivo fue un momento intenso, pero yo estuve en mi mundo con ojos cerrados y tengo un buen recuerdo del mismo. Mi hija nació a las 18h y estuve piel con piel durante 20 minutos. El alumbramiento de la placenta fue dirigido, después de mi consentimiento. A los 20 minutos de nacer, tuvieron que llevar a la niña a la cuna caliente junto a mi cama y vino un pediatra para examinarla porque tenía la respiración agitada. Ante un momento así, inesperado, todos fueron super profesionales y nos explicaron lo que pasaba con calma. Gracias a eso pudimos estar más tranquilos. Agradezco mucho el trato recibido. Aunque ingresaron a la peque en la UCIN, a los 4 días pudimos irnos juntos a casa. Fue duro estar separados, tener que estimular el pecho para favorecer una lactancia materna, las visitas en neonatos... pero gracias a la profesionalidad de la mayoría de los trabajadores (pediatras, enfermeras, auxiliares, matronas...) que nos encontramos, la experiencia no fue tan mala.