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PVDC en el Hospital de Torrejón de Ardoz (Madrid) Octubre 2012

Este es el relato del nacimiento de mi segunda hija, que tras un embarazo estupendo y sin problemas, vino al mundo el día 21 de octubre de 2012 en el Hospital de Torrejón de Madrid en un precioso, rápido y respetadísimo PVDC. Tengo que explicar que en 2010 fuimos víctimas, mi hijo y yo, de un sistema sanitario intervencionista, deshumanizado que me provocó una cesárea urgente con anestesia general, tras una inducción fallida por rotura de bolsa y sin contracciones en la clínica Belén de Madrid en manos del Doctor Cruz.

El día 17 de octubre empecé a expulsar el tapón mucoso y por las noches me daban dolorcillos cada vez más fuertes y más fuertes....el 19 ya tenia contracciones cada 5 min y me fui al hospital de Torrejón, tenia 1 cm de dilatación y el 60% del cuello borrado, y nada, como no estaba de parto nos fuimos a casa. Esa noche no pude dormir y la siguiente tampoco, descansaba entre contracción y contracción, y con cada una me levantaba de la cama porque no las aguantaba tumbada. Me apoyaba con las dos manos en la pared moviendo las caderas o en cuclillas apoyada en el lavabo también moviendo las caderas. Era imposible aguantarlas tumbada e incluso sentada.

El día 20 las contracciones se hicieron mas fuertes pero seguían siendo muy irregulares (ya estaba mi madre aquí después de recorrer 600 km, menos mal que vino porque yo creía que iba para largo ya que en el hospital me dijeron que podía estar así días o semanas, ya estaba de 39s).

Bueno pues el día 20 lo pasé regular y apenas pude atender a mi hijo de 2 años. Ese día no comí nada, no me entraba nada, no soportaba las contracciones sentada, me dí unas cuantas duchas que me daban la vida y un baño que me resultó incomodísimo.....

A las 19:00 del día 20 nos fuimos mi marido y yo a andar por mi barrio para ver si así arrancaba (fue muy gracioso porque yo con cada contracción tenía que cantar “aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh” y no quería ver a nadie por la calle, ya que era un poco escandaloso), y como al día siguiente él trabajaba, le dije que fuéramos al hospital a ver cómo iba la cosa y allí que nos fuimos otra vez....mi madre me quería hacer una foto- recordatorio antes de irme pero le dije que no, que iba a volver jejeje.

Pues nada, estaba de 1 cm y el cuello al 80%, que iba bien pero que no estaba de parto....cuando llevaba una hora de monitores más o menos, que estaba de pie todo el rato y moviendo las caderas (como bailando) y mientras le decía a mi chico que me quería comer una hamburguesa y que quería irme a casa con mi hijo, rompo aguas a lo bestia, pero a lo bestia, eso si que fue romper aguas y no lo que me pasó con mi hijo (eran ya las 21:45), en fin.......le dije a la matrona “¿ya no me voy a casa verdad?” y me dijo “no, ya no”...me hizo otro tacto y ya estaba de 4 cm con el cuello borrado totalmente ¡¡¡no me lo podía creer¡¡¡ estaba dilatando por mi misma aaaaaaaahhhhh, me quedé boquiabierta, esto marchaba. Total, que nos pasa a la habitación que es sala de dilatación y paritorio, le dije a mi marido que fuera a por las cosas al coche, y en lo que bajó y subió, unos 5 min, ya estaba de 5-6.

La habitación era enorme, estaba decorada con unas flores de color rosa en la pared, con una cama articulada en el centro y un baño también muy grande con una ducha individual.

Me metí en la ducha y ahí me tiré como unos 15-20 min, qué gozada…...

Un inciso: como tenia una cesárea previa la monitorización debía ser continua, pero era inalámbrica y se podía mojar así que me tiré un buen rato debajo del agua calentita.

Las contracciones se intensificaban y mis gritos también, gritaba mucho. Le dije a mi costillo que llamara a mi madre y a la suya, que esto iba muy rápido y que ahora si, ¡ESTABA DE PARTO! las llamó y claro mis gritos se oían de fondo jejeje

Yo hice un plan de parto con lo que quería y con lo que no y me lo respetaron todo, hasta me pidieron permiso las dos matronas para ver si podía estar una auxiliar presente para que echara una mano.

Me ofrecieron la epidural y el gas entonox para el dolor pero lo tenia clarísimo, NI HABLAR en ningún momento se me pasó por la cabeza, era un dolor tolerable, era un dolor bueno, estaba de parto y mi hija quería nacer. Le dije a la matrona que una de las razones que me llevó a tener una cesárea urgente con mi primer hijo, fue la bajada de tensión debido a la epidural.

La dilatación iba súper rápido y ya en la ducha me vinieron ganas de empujar, así que me salí (porque yo quise no porque me dijeran nada) y me puse a andar por la habitación, cuando me venia una contracción me iba a un rincón y me agarraba de un mueble que había pegado a la pared (donde hay enchufes) y entre contracción y contracción bebía aquarius, me bebí tres latas en todo el parto. Las dos matronas que estaban conmigo no hacían “nada”, solo se limitaban a observar que todo marchaba bien, eran jovencisimas y hablaban a susurros entre ellas, todo un detalle ya que me molestaba muchísimo el ruido. Había solo una lamparita pequeña que daba una luz muy tenue, estaba como en casa. La verdad es que no hacia falta que hicieran nada porque todo marchaba perfecto. Las matronas y mi chico estaban como en un segundo plano (cosa que agradezco), cerquita mía, observándome, pero yo era la protagonista sin duda.

En un descanso de contracciones me miré la mano y NO TENÍA VÍA y pensé: “pero si estoy pariendo sin vía y en un hospital” A este tema no paré de darle vueltas durante el embarazo, mi marido no quería que rechazara la vía, le parecía una locura que pudiese hacerlo y al final le di tantas vueltas que decidí que en el plan de parto pondría que aceptaba la vía pero con un tapón, así que al no ver la vía imaginaros mi cara de sorpresa, pero no dije nada, no vaya a ser…….

Con cada contracción gritaba, y en uno de esos gritos llamé a mi hija y le dije que saliera ya…..el expulsivo duró una hora y cuarto y se me hizo larguísimo.

La niña comenzó a bajar (notaba un bulto y presión en el culo),y yo estaba todo el rato de pie, las matronas sentadas en el suelo iban mirando si la niña asomaba y en una ocasión una de ellas me pidió permiso para hacerme un tacto y ver como estaba posicionada la cabeza. Pusieron un espejo en el suelo para ver la cabeza de mi bebé, pero no pude hacerlo, era incapaz de mirar. Pedí sentarme cuando ya estaba casi a punto de salir y me senté en una silla de partos, mi chico se puso detrás mía y yo agarrándome a sus brazos empujaba. Esos brazos me vinieron de perlas, estaba comodísima.

Una de las matronas me dijo que iba a sentir como fuego (claro, pensé yo, es el aro de fuego que tanto he leído en los relatos) y si que quemaba, quemaba muchísimo, pero duró unos segundos….antes de esto me dijo la matrona que cuando ella me avisase tendría que controlar la contracción para no desgarrarme, pero eso fue imposible, mi cuerpo iba por libre y no era capaz de parar esas contracciones. Unos minutos antes de que saliera la cabeza, me asusté y no sé por qué, ya que estuve tranquila y confiada en todo momento, les dije a las matronas: “No me cortéis” y ellas me dijeron : “tranquila, no tenemos tijeras” mientras me enseñaban las manos que por supuesto estaban vacías. Salió la cabeza y empecé a oír ruiditos como gemiditos, era la niña y seguía moviéndose por dentro cosa que me molestaba, creía que estaban tirando de ella, pero me dijeron que era la niña que se movía y en otra contracción salió (a las 00:15) y me la pusieron en el pecho piel con piel hasta hoy que no me he separado de ella en ningún momento. Estaba calentita y llena de vermix y un poquitín de sangre, yo flipé y no lloró nada de nada, le di un besito se quedó tranquilita con el calorcito y mi voz. Cómo olía¡¡riquísimo…….no sabría describir ese olor, no hacía más que decirlo e incluso las matronas se acercaron a olerla ….. Me fui a la cama que no había probado hasta entonces y cuando el cordón dejó de latir su papi lo cortó y al ratito salió la placenta sola sola, sin nada de oxitocina artificial (cosa que yo no quería y también me lo respetaron).

No vi a ningún ginecólogo durante el parto, solo estuvimos con las dos matronas y la auxiliar.

No la pesaron, no la midieron, ni la bañaron hasta el día siguiente (3.320 kg y 50 cm), todo eso no es importante, lo que si importa es el piel con piel y que cuando abrió los ojitos fui yo lo primero que vio y puedo decir alto y claro que me enamoré de mi hija de pies a cabeza.

Tuve un desgarro de tercer grado que me cosió una ginecóloga amabilísima mientras me explicaba todo lo que iba haciendo paso por paso. Me pusieron anestesia, que yo acepté, y con la niña en mi pecho terminó de coserme y se marchó.

El Hospital de Torrejón fenomenal, desde el celador que me acompañó en urgencias hasta los que me traían la comida, un personal magnifico, venían y se presentaban como Dios manda, siempre una sonrisa en la cara....me han ayudado mucho con la lactancia, han estado muy pendientes de todo.....no tengo palabras, de verdad, volvería a parir allí con los ojos cerrados porque me sentí como en casa.

La recuperación fue inmediata, nada que ver con la cesárea que tuve.

En cuanto al dolor, si que duele, pero es un dolor bueno, no se como explicarlo, es un dolor que va y viene, te recuperas entre una y otra, y es que fue muy muy rápido. Grité mucho, eso si, no lo podía evitar pero estaba muy tranquila y confiada en mi cuerpo y en mi hija.

Las matronas estuvieron siempre muy tranquilas y oí que le decían al papá que cuando un parto es natural no hay que hacer nada, no hay que intervenir, que yo lo estaba haciendo todo....en fin, fue un parto precioso.

Gracias al Parto es Nuestro por darme tanta información, por darme las armas y la sabiduría para tomar mis propias decisiones, a vosotras chicas de la lista apoyocesareas que sois magnificas por apoyarme con tantas velas y tantos ánimos.

Gracias a mi ginecólogo “petardo ignorante” que me decía una y otra vez, en cada una de las consultas que, como tenía una cesárea previa por no dilatar, lo más probable es que mi hija naciera en otra cesárea porque mi cuerpo no dilataba, y que tanta fuerza me dio para conseguirlo.

Gracias los que me decían cuando nació mi hijo que mi leche no era buena y que mejor darle biberón. Todos esos comentarios me han dado mucha fuerza para lograr este parto y para conseguir una lactancia exclusiva que esta resultando maravillosa.