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Podría haber sido un buen parto...pero el personal médico lo impidió

Para ser primeriza, podría haber sido un buen parto. Contracciones regulares e intensas, buen ritmo de dilatación, estaba muy desinformada (no sabía que tenía derechos en el parto) pero absolutamente tranquila y confiada....Había todos los ingredientes para que fuera un buen parto, normal y de bajo riesgo. Pero me obligaron a tumbarme con la recomendación “quietecitas estáis mejor”, me monitorizaron de forma continua y no pude adoptar posturas para controlar y superar el dolor, a causa de no poder adoptar otra postura solicité la anestesia epidural, un tacto sin permiso cada 20 minutos, cero intimidad, hasta estudiantes de obstetricia mirando sin mi aprobación (era un hospital madrileño publico y universitario). Entre dos matronas me rompieron artificialmente la bolsa con una lanceta sin molestarse ni en explicarme qué iban a hacer ni que razón había para ello. Ya en el paritorio -porque no me pudieron dejar tranquila en la sala de dilatación donde estaba- me pusieron en el potro, me ataron las piernas (¿acaso pensaban que con la epidural puesta las iba a poder mover? ¡fue humillante!) me tuvieron que dirigir los pujos porque, a pesar de haberme asegurado que si me la ponía iba a poder hacerlo yo sola, no me enteraba de las contracciones y no sabía cuando tenía que empujar; estaba totalmente dormida de cintura para abajo. No pude participar en mi parto. Ya en la habitación, me entero por mi hermana de que tenía cuatro puntos por fuera, que dolieron muchísimo tras el postparto y que AUN DESPUÉS DE SIETE AÑOS me tira y me molesta. Y no había, como os aseguro, razón ninguna para hacerla: ni sufrimiento fetal, ni prisa de ningún tipo, más que la que el personal sanitario tuviera por motivos personales o de cambios de turno. Fue una episiotomía INNECESARIA Y PROTOCOLARIA. Fue un proceso de parto de unas 10 horas, normal para una primeriza, y hubiera durado aún menos si no hubieran intervenido tanto, o si me hubieran dejado caminar y moverme para que mi hijo se encajara aún mejor de lo que ya de por sí estaba. Me encantaría que ahora la Seguridad Social estuviera obligada a arreglarme el estropicio que ellos mismos me hicieron. Pero después de todo, si te quejas o te sientes humillada, te dirán que eres una desagradecida y que tienes suerte de que tu niño esté bien, que otras lo tienen mal y tienen más motivos para quejarse que tu. Nadie reconoce el sufrimiento íntimo que estas episiotomías rutinarias y protocolarias causan en nuestro cuerpo y nuestra percepción de nosotras mismas, aunque hayamos tenido niños sanos.

Ahora estoy embarazada por segunda vez, y gracias a páginas como El parto es nuestro y otras similares conozco mis derechos y estoy más informada que nunca y DECIDIDA a que los respeten. Tengo un plan de parto muy específico en cuanto a la no utilización de episiotomía rutinaria, y lo voy a presentar en el Dpto. de Atención al Paciente del hospital y en el Servicio de Ginecología y Obstetricia, aunque solo sirva para avisar a quien me lleve de que le denunciaré si me corta sin necesidad. Gracias por hacernos conscientes de nuestros derechos.