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PARTO LOTUS EN CASA

Quería haceros llegar el relato de mi parto para la sección de testimonios. Antes incluso de estar embarazada pude leer muchos relatos en vuestra página y eso me ayudó a estar informada y empoderarme. Muchas gracias por vuestra labor.

Fue un Parto Lotus en casa (planificado) sin asistencia (eso no estaba planificado) a las 41 semanas. 7/3/2020 en Sant Vicenç de Montalt (Barcelona).

PARTO LOTUS EN CASA

En el primer trimestre del embarazo contactamos con unas matronas que acompañan partos en casa. Me acompañaron durante todo el embarazo a través de su sabiduría ancestral, sus conocimientos basados en la evidencia científica, su capacidad de sostén emocional y su sentido del humor.

Años antes de que llegara el embarazo mi pareja y yo descubrimos que el cordón umbilical no tiene por qué cortarse, que es beneficioso que la placenta siga nutriendo al bebé durante unos días después de nacer hasta que de manera natural el cordón se seca y se desprende, se le llama Parto Lotus y los beneficios demostrados científicamente contrastan con su desconocimiento. Queríamos un Parto Lotus en casa, con calidez y sin intervencionismo, porque era el lugar dónde más segura me sentía para parir, porque queríamos que Gaia naciera en un hogar, sin prisas y en intimidad.

Los pródromos de parto son aquellos signos que nos anuncian que el momento del parto se aproxima. Son variables en cada mujer, en algunas pueden tener lugar un par de semanas antes mientras que en otra apenas unas horas previas al nacimiento del bebé, no se sabe. Cuando alguien dice que estuvo 2 días de parto no es así, sus pródromos empezaron en ese momento pero es el pre-parto: contracciones que al respirar profundamente y meterte en la bañera bajan su intensidad e incluso desaparecen, dolor tipo regla, presión en el pubis, más ganas de hacer pipí, aumento de flujo y pérdida del tapón mucoso (el tapón mucoso se sigue regenerando, no indica que estás de parto, pueden pasar semanas hasta que haya el parto o a veces el parto es inminente, pero no es motivo para acudir a urgencias).

En mi caso los pródromos empezaron 30 horas antes del nacimiento del Gaia, 30 horas con contracciones intensas y dolorosas cada 10 minutos, 30 horas casi sin dormir, 2 visitas de las comadronas explicándome que no estaba dilatando, durísimo, y la frase "esto podría durar días así" me caía encima como una losa.

Gaia estaba colocada en posición posterior, eso significa que su carita miraba hacia adelante y algunos bebés nacen en esta posición, pero la mayoría de bebés que inician el parto en posterior rotan al llegar al suelo pélvico y cambian a posición anterior con los pujos, y eso hizo Gaia: break dance sobre el suelo pélvico.

¿Y cómo se aguantan tantas horas de baile? Con amor, y no estoy siendo poética, su aguantan oxitocinando: con bañeras de agua calentita y aceite esencial de lavanda y mandarina, con la mirada cómplice de tu matrona, con "tu bebé está bien, lo estáis haciendo muy bien", con caricias, con oscuridad, con el sostén de tu pareja y buenos videos de Youtube, y con agua de coco (que hidrata un montón).

Llegó un momento en que mi cuerpo dejó de ser mío, absolutamente independiente a mí empezó a moverse, a empujar, en uno de los pujos rompí aguas, a estirarse, a retorcerse, a chillar, a deambular, a abrirse y estando en la bañera llegó un "crack" que hizo que me pusiera de pie y sentí que algo se había roto dentro de mí, la cabeza coronaba y la mujer que era hasta entonces se rompía para nacer la madre.

Cogí una toalla y fui a la habitación "en la próxima contracción nace", estiró la toalla en la cama y me pongo en posición cuadrúpeda, huelo a café "ven que te lo pierdes" y mi pareja aparece en la puerta de la habitación, y empieza la contracción, y al verme corre, y Gaia nace posándose suavemente sobre las manos de su padre.

Él le dijo "bienvenida", ella suspiró.

Él le dijo "te amo", ella sonrió.

Y llamaron las matronas diciendo que ya habían aparcado.

Muchas personas me han preguntado si no tuve miedo, un parto sin asistencia… La respuesta es no, en ningún momento. Gracias a todo el acompañamiento de mis matronas durante el embarazo no tuve miedo. Sabía qué estaba pasando y solté el control confiando plenamente en mi cuerpo y en el de Gaia. Un parto es eso, un acto de entrega absoluta a la vida.