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Parto en Hospital Universitario de Asturias

Despues de casi dos años de mi parto tengo el impulso de contar mi experiencia, es algo que nunca he hecho así de esta forma, espero pueda ayudar a otras, desde luego a mi me ayuda ponerlo en palabras, en orden y compartirlo con vosotras.
Os cuento.
Tengo una bebé de 23 meses y estoy embarazada de 8 semanas.
Mi primer parto en el hospital universitario de Asturias me dejó muy asustada. Estoy aterrada por el parto que viene. Había dejado atrás muchas de las cosas que pasaron pero ahora es necesario que sane esa herida. Las contracciones de mi primer parto empezaron en la semana 42, el día anterior a que me "tocara" inducir. Llegué al hospital tras 8 h de contracciones en casa, ya que en la última hora se daban con la frecuencia y duración con la que se supone que ya tienes que ir (ahora mismo no recuerdo exactamente como era el ciclo).
Estaba de 1cm pero me recomendaron ingresar, ya que dada la frecuencia, duración e intensidad de las contracciones era de preveer, dijeron, que dilatase rápido.
No fue asi, estuve 30 horas de contracciones sin descanso hasta que llegué a los 3cm donde final y gloriosamente me pusieron epidural (yo iba con idea de no ponerla y aguantar, pero a las 14 horas la supliqué, y ahí me enteré que no podian ponérmela).
La mayoria de las matronas me trataron correctamente pero se me quedaron grabados los comentarios de varias, hubo una, especialmente, que entró sin presentarse en la sala donde me estaban examinando, diciendo que qué gritos eran esos que iba a asustar a las chicas y se les iban a quitar las ganas de tener hijos. Yo no dije nada, solo gemía.
Despues, también sin avisar ni presentarse, se puso a hacerme un tacto, diciendo algo como que iba muy lento y que había que acelerarlo. Algo dijo de que había que echar el cuello hacia delante. Yo no sé qué quería hacer y qué no, pero no me gustaron nada sus formas, me habían hablado de que a veces te hacen la maniobra de hamilton a traición (tampoco se si una vez con contracciones se hace, la verdad que tengo mucha curiosidad por saber qué me querría hacer aquella persona) así que conseguí decirle que no queria que me hiciese nada para acelerarlo, a lo que ella contesto "¿que prefieres, sufrir?"
Yo contesté "sí!" (No sabia ni lo que decía, pero me parecia tan mal como me estaba tratando que no quería nada de ella)
A lo que ella contestó: pues sufre.
Y se fue.
Llegué hasta a sentirme mal después, como si yo hubiese elegido sufrir. Pero pensándolo y con el tiempo, veo que no eran formas para nada, y que mi reacción estuvo acorde a la situación. Si esa mujer tenía la solución a mi sufrimiento, podía haberse tomado un segundo para ponerse a mi lado y explicarme en qué consistía, creo yo.
Una enfermera muy amable, horas más tarde y ya con la epidural, me informo de que tenían que romperme la bolsa, que eso podría acelerar el parto. Yo no tengo formación suficiente como para valorar si era necesario o no, así que me dejé hacer. Lo digo para dejar claro que no estoy en contra de que se intervenga, si se hace con respeto, e informando en lo posible. Yendo a parir al hospital di por hecho que en cierta medida iba a estar a merced del criterio del personal de turno, ya que aunque sé que puedo negarme a cualquier intervención, en según qué situación no me sentía con las herramientas suficientes para cuestionar el criterio de una profesional. De todas formas esa intervención no me pesa, como la oxitocina que vino después o el hecho de que separaran a Vera de mi unos segundos después de nacer para comprobar que no había tragado meconio. Esto no pasaba en el parto de mis sueños pero pasó, y se hizo con respeto y de la mejor manera posible, creo yo.
Lo que todavia me da escalofríos al recordar fue cuando, tras 15h de puesta la epidural (aproximadamente) empecé de nuevo a notar las contracciones. Me asusté mucho y pedí que me pusieran más, pero, muy acertadamente la matrona vio que estaba de 10cm y que empezaban los pujos (no se si pujos se llama a las contracciones del expulsivo o al acto de empujar) y que el notar las contracciones me ayudaría a saber cuándo empujar. Yo había conseguido descansar y me sentía más fuerte, asi que empezamos el expulsivo con mi pareja y la matrona. Todo iba muy bien, la matrona me decía que estaba avanzando mucho, que estaba para salir, cuando de repente y sin previo aviso empezo a entrar gente en la habitación. Como 5 o 6 personas. Estudiantes o mires, supongo. Una estaba con el móvil. Después de esto la matrona me empezó a decir: ui, no está saliendo, haz como hacías antes, ahora lo estás haciendo mal. Después de un rato de "lo estás haciendo mal" acerté a decir: ¿toda esta gente tiene que estar aquí?
Ante lo que, también sin decir nada se fueron del paritorio.
A partir de ahí las matronas decidieron que no me merecia su amabilidad, me convertí en "la borde", supongo, y empezaron a hablarme fatal, hasta que mi pareja hizo una especie de discurso haciéndoles entender que "estamos todas en el mismo barco" esto funcionó más o menos, después de varios "es que no estás empujando" "no estás haciendo nada" " así no va a salir en la vida" o (riéndose entre ellas) "te doy 15 minutos jaja" (y luego qué??? Me pregunto siempre...me estaba amenazando con una cesárea?? Estamos locos???) En una situación normal si una persona me trata de esa manera tengo mis herramientas para defenderme, para hacerle ver lo erróneo de su comportamiento, la convenza o no, en ese momento no podía y es tan triste que aprovecharan esa debilidad... En un momento conseguí abstraerme de aquella situación de conflicto, recuperar mi mente, conectar con mi bebé, hablarme incluso y ayudarle a salir, permitirle salir...y ese fue el momento mas hermoso de mi vida.
Pesó 3.900kg y midió 53cm.
Y a pesar de todo les di las gracias a las matronas, porque estaba llena de amor.
Pero aun se me salen las lágrimas cuando hablo de este trato innecesario que recibí, en un momento tan sensible y vulnerable.
Desde que ingresé con contracciones como de parto inminente hasta que conocí a mi niña pasaron 48h. Vera vio la luz a la 1:35 de la mañana, tras 2h de piel con piel nos subieron a planta. Serían las 4. A las 7/8 de la mañana entró una mujer dando voces y levantando las persianas clamando que "el bebé " tenía que entender la diferencia entre el día y la noche, que no se podía estar así a oscuras. No tendrá mi hija absolutamente toda la vida para entender esa diferencia y una necesidad inminente de descansar después de un parto larguísimo. Por todos estos tratos me sentía fatal pero casi todo el mundo me decía que no era para tanto y que por lo menos estabamos bien de salud.
Ahora consigo darle la importancia que merece y el respeto hacia lo que sentí, dejar de minimizarlo y ver que lo que hicieron estuvo mal. Pero eso no me quita el miedo a repetir la experiencia, no solo del trato sino también del parto interminable. Ultimamente, reviviendo lo que pasó y buscando información he leído sobre la posición posterior y veo que encaja muy bien con mi caso. El papá me confirma que efectivamente la niña salió mirando hacia arriba. No sabéis la paz que me da saber que hay un motivo para el sufrimiento que padecí. Esta posición se asocia, en algunos casos con partos tardíos (semana 42) contracciones muy dolorosas y seguidas durante mucho tiempo con dilatación muy lenta (hasta ahora no conseguía entender por qué tuve contracciones como de parto inminente 45h antes de alcanzar la dilatación completa) se asocia a expulsivos más costosos (tarde 3h) y con la presencia de meconio (que también se dio). Me ayuda saber que mi parto fue difícil, que no exageraba, que hay una razón y que no se tiene por qué volver a repetir. Muchas madres me hablan de las contracciones del parto como algo al principio llevadero y que en ningun caso se prolongan tantísimo con tanta frecuencia e intensidad. Sin querer me echaba la culpa a mí, a mi umbral de dolor, (tuve una peritonitis, una hernia, tengo el cuerpo lleno de tatuajes y nada nunca podría ni acercarse al dolor que sentí en una sola de esas contracciones que se repitieron cada 3 minutos durante 30 horas) me culpaba también por mi incapacidad para dilatar como hacen las demás (los comentarios de cuánto tardaba eran constantes).
Para el parto que viene me he puesto en contacto con unas matronas aquí en Asturias que hacen un seguimiento durante el embarazo, parto y postparto, con posiblidad de hacerlo en casa o de al menos acompañar en la dilatación.