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Parto en Hospital Germans Trias i Pujol

Parto en Hospital Germans Trias i Pujol el 6 de Junio de 2019.

Tengo 34 años y soy médico especialista en Neurología. Quiero contar la experiencia de mi parto, por si puede ayudar a mejorar la atención al parto en el HGTP. Creo en una sanidad pública competente, con buenos resultados clínicos y con un trato humano a los usuarios. Creo también que los sanitarios tenemos el deber de hacer autocrítica constante e intentar mejorar día a día.

Por si hay alguien que no ha sido ni madre ni padre, destaco como punto de inicio una obviedad: el parto es uno de los momentos mas trascendentes y conmovedores en la vida de una mujer, pero también puede ser un gran momento de vulnerabilidad, sobretodo si no se pone a la mujer en el centro sino como espectadora de un proceso. Requiere por ello profesionales que lo entiendan así y sepan acercarse de forma sensible a las mujeres.

El 5 de Junio fui a mi revisión, embarazada de 39 + 5. Secundigesta. Diabetes gestacional bien controlada con dieta. Crecimiento según las ecografías normal. No sospecha de macrosoma. Más bien percentiles 14 y 9 en la última ecografía. Me visitó una ginecóloga que me hizo un tacto vaginal sin preguntarme si quería. La verdad es que mi ignorancia me hizo no frenarle. Realmente, ¿en qué me beneficiaba a mi hacerme el tacto? Con el tiempo he reflexionado que en nada. Me dijeron que me lo hacían para saber si me tenían que “avisar” de tener todo preparado... Yo hacía semanas que lo tenía todo preparado y a mis padres sin hacer ningún viaje para poderse quedar con la hermana. Finalmente la ginecóloga me dijo que estaba dilatada de 5 cm y borrando el cuello, que me organizara para tener que venir en cualquier momento. Yo había ido teniendo “amagos” los días previos de madrugada, estando hasta 2h con contracciones dolorosas. La verdad es que me alegré cuando me dijo que estaba tan dilatada y pasé contenta hacia la sala de monitores con la comadrona. Se registraron algunas contracciones fuertes pero muy espaciadas aun. Cuando salí de la consulta noté que mojaba, muy poco, pero me llamó la atención. Yo sabía que no era orina. Las contracciones que iba teniendo eran mas intensas que antes de la visita y notaba también que el bebe se movía mucho. Fui a decírselo a la comadrona ya que fue justo al salir y me dio una compresa y dijo que paseara un rato y que si veía que seguía mojando debía ir a urgencias. Así lo hice y aunque era como un pequeño goteo decidí ir a urgencias. Sabía que tenía al menos 12h de margen pero me dio miedo irme a casa estando allí mismo sin haber confirmado si era líquido amniótico o no.

¿Que hubiera pasado si no me hubieran hecho aquel tacto o si me hubiera ido a casa sin pasar por urgencias?

Entré a urgencias y nos atendió una comadrona muy agradable. Me volvió a hacer tacto y me dijo que sí, que estaba de 5 cm tal como me habían dicho en la visita, y me hizo la tira reactiva que confirmó la amniorexis. Tenía tantas ganas de que se acabara el embarazo y de conocer ya a mi hijo que me puse hasta contenta, porque pensé que eso quería decir que el parto estaba cerca. Me explicó que como aun no tenía suficiente dinámica uterina, me pediría una habitación en planta y allí esperaría hasta que pasaran 12h y entonces me bajarían a mirar y si no estaba de parto me inducirían.

Otro punto de inflexión, ¿podría haber marchado a casa en ese momento? ¿Habría sido mejor?

Yo sabía lo que implicaba una inducción: provocación artificial del parto; hacer salir a tu hijo antes de que esté preparado. Con la premisa de que existe un riesgo para la madre, el bebe o ambos que es mayor que el propio riesgo de una inducción.

¿Tanto riesgo hay que, a pesar de tener cultivo negativo para EGB, recibir antibiótico profiláctico, no tener fiebre ni signos de pérdida de bienestar fetal se obliga a inducir a las 12h? ¿Por qué en la mayoría de países europeos hay al menos 24h de margen? ¿Hay una evidencia científica concluyente detrás o se trata de gestión hospitalaria que veta tiempos largos de parto?

Oxitocina sintética que pisotea la endógena acompañada de endorfinas. Dolor mucho mas intenso y difícil de soportar, por tanto epidural prácticamente asegurada y sus posibles complicaciones, y también más probabilidad de instrumentación, de episiotomía, de cesárea por inducción fallida…

Todo esto lo sabía, pero lo dejé encapsulado en algún lugar de mi mente y en realidad estaba convencida de que me pondría de parto en esas 12h de margen. Porque me habían dicho que ya estaba de 5cm, así que no podía quedar mucho…

Una vez me dieron la habitación, no paré. Caminé, subí y bajé escaleras muchas veces, rotaciones en la fitball, hasta bailé... También me relajé. Hice todo lo que estaba en mis manos y lo que me pedía el cuerpo. Realmente cada vez notaba las contracciones mas seguidas y mas fuertes, pero era un dolor no impuesto, venía de mi hijo que quería salir, lo soportaba bien y controlaba con respiración y relajación. Apenas volví a notar nada de líquido, así que seguramente fue una fisura muy pequeña.

Me bajaron a la sala de partos a las 00,30h. Me atendió una comadrona que me empezó a hablar a un ritmo que no podía seguir ya que no respetaba el hablarme y hacerme preguntas entre contracciones, en lugar de en pleno auge de dolor. Cuando acabó le pregunté como se llamaba ya que no se había presentado. Desde el primer momento tanto mi marido como yo notamos falta de empatía, conexión fallida.

Me tomó las constantes. Me empezó el antibiótico profiláctico por la rotura de aguas. Me preguntó a cuanto estaba de glicemia la ultima vez que me lo habían mirado. A las 23h aproximadamente estaba a 100. Pero posteriormente había

comido unos biscotes que me habían sobrado de la cena y unos pistachos, ya que tenía que coger fuerzas para el parto. Durante la tarde había tomado aquarius zero, pero a la sala de partos no bajé nada.

Recuerdo perfectamente que en la charla de información del parto pregunté a la comadrona cómo tenían protocolizado lo qué debía comer en el parto teniendo en cuenta mi diabetes gestacional bien controlada con dieta. Me dijo que no me preocupara, que ya me irían dando comida según como estuviera, que si estaba a menos de 110 de glicemia era como un parto normal (en el que hoy en día tengo entendido que te dejan ingerir) y si pasaba de ahí había que poner suero e insulina. Lo que ocurrió es que sin comprobar a cuanto estaba en ese momento me puso un suero glucosado y al cabo de 1-2h me dijo que estaba a más de 110 (150 aprox) y por lo tanto me tenían que poner bomba de insulina. Fantástico. Dos goteros. Hago un inciso para quien no ha parido ya que yo antes de hacerlo podría haber pensado: ¿Tanto molesta eso? Pues sí, para parir sí molestan las vías con goteros. Mucho. Resta muchísima libertad de movimiento, sobretodo si llevas una en cada brazo. Pero lo peor fueron las palabras que me dijo mientras me ponía la bomba de insulina: “Pues para querer un parto natural, ya llevas unas cuantas cosas…” ¿Qué aportaba decir eso?

¿Por qué me puso el suero glucosado sin comprobar la glicemia en ese momento? ¿Está protocolizado que no se puede ingerir si es una inducción? En ningún momento me lo explicó. En mi plan de parto yo había marcado “Vull tenir la possibilitat de beure líquids durant la dilatació”.

Me ofreció una ducha, ya que bañera no podía ser, antes de ponerme la oxcitocina, que ya daba por hecho que la iba a necesitar, a pesar de que no me había hecho el tacto aun. Recuerdo sentir que quería intimidad y cercanía y no lo tenía. Finalmente me hizo un tacto y me dijo que estaba dilatada de 3cm siendo generosos. “Cómo??!!”, pensé. No entendía nada. ¿Se puede retroceder??!!! ¿Tan subjetivo es?

En ese momento le planteé (o le pedí) si podíamos esperar a las 8am a inducir. Me dijo que no, que en ese hospital el protocolo eran 12h post rotura de bolsa. Siempre me quedé con la duda de si hablando con el ginecólogo hubiera flexibilizado la decisión.

Y finalmente llegó el momento en que el dolor cambió con la oxcitocina ev. Cambió repentinamente y radicalmente. Qué dolor. Aguanté para que no se estacionara el parto al poner la epidural como pasó en mi parto anterior y porque estaba en mi derecho de querer aguantar y probar, y cuando no pude mas, y total con todos los goteros no tenía igualmente ninguna movilidad para posicionarme en la postura que me pedía el cuerpo, pedí la epidural. Recuerda mi marido (yo tenía los ojos mas cerrados que abiertos) como se lo decíamos y ella mirando el móvil desde la otra punta de la habitación, decía “el qué?” “Que quiere la epidural”, decía él, ya que yo no tenía ni voz, “Pero ahora o luego?”, contestaba. “AHORA”.

Finalmente sobre las 3 vino el equipo de anestesia. Me preguntaron por qué no me había querido poner antes la epidural. Contesté que creía que no era el momento de ponerse a hablar de eso. Retorciéndome de dolor, ¿tengo que dar explicaciones? Me preguntó si en el otro parto había tenido algún problema con la epidural y le dije que sí, que no me había funcionado bien.

¿Me habrían preguntado porqué no había pedido antes la epidural si no fuese de madrugada? Yo sé que molesta trabajar de madrugada, pero hay que intentar que no se note.

Mientras me estaban haciendo la punción y colocando el catéter, llamaron al busca de antestesia y lo cogió la anestestista. Se puso nerviosa porque había llegado o estaba llegando un quemado al 80%. Cuando acabó se fue rápido. Fue mas tarde que me explicó que me había hecho una punción dural accidental en lugar de peridural.

¿Ayuda a poder hacer una punción con tranquilidad que te estén llamando al busca y encima enterarte que está viniendo alguien grave? ¿No sería mejor que otro compañero se encargara de coger el busca en ese momento? No la culpabilizo a ella, sino al sistema, ya que yo he sido víctima de éste también en ocasiones.

Enseguida empecé a notar unos temblores muy desagradables y constantes. Mi marido me miraba estupefacto. Yo sabía que era un efecto secundario de la epidural y no estaba preocupada aunque sí molesta.

Con una punción dural y sin un suero fisiológico profiláctico en alguien que tiene tendencia a hipoTA, tuve una hipotensión reactiva. No recuerdo la cifra exacta pero me pareció oir 70/40. Solo recuerdo que me costaba mantener los ojos abiertos y me costaba hablar, pero lo oía todo. Me llevaron a la sala de quirófano, de golpe aparecieron mas de 10 personas entre las cuales el adjunto/senior de anestesia y me pusieron varios bolos de efedrina hasta remontar. Se que era ese fármaco porque lo pregunté. Los usuarios queremos saber qué nos administran y si eres médico más.

Enseguida ya noté ganas de pujar y vino el expulsivo. Después de todas esas horas intensas ahora sí se acercaba el final y yo notaba cuando tenía que empujar, cosa que en mi otro parto estuve tan anestesiada que no pude participar igual. De golpe me vino un subidón final de fuerzas. Me duró bien poco, hasta que tuvieron que avisar al ginecólogo porque el bebé bajaba de frente… Uno o dos pujos con el ginecólogo y nada. Hizo venir a un senior y le pregunté al primero qué iban a hacer, ya que el hecho de estar pariendo no te debe excluir de ser informada en todo momento de lo que está ocurriendo y lo que van a hacer con TU cuerpo y el de TU hijo. “Lo que consideremos oportuno él y yo”. Muy bien, gracias... Y por poner el oído me enteré que iban a hacer ventosa primero, sino fórceps y episiotomía. ¿Otra vez? No puede ser… Pensaba yo… Ya que mi primer parto acabó con fórceps y una señora episiotomía, aunque con una profesional que me explicó cada paso, lo cual agradecí.

Y cuando menos me lo esperaba vi que se subía en mi camilla la comadrona. “¿Qué vas a hacer?” Le pregunté ya que me temía la maniobra… “Te voy a ayudar”, y un segundo después vino una contracción y tuve que empujar y no tuve derecho a réplica ni a nada, incó sus brazos en mi barriga y lo tuve que aguantar. Plan de parto no respetado: “Que no se’m facin maniobres de pressió sobre el fons uterí”.

Finalmente saqué fuerzas de donde no tenía y llegó Àlex a las 5.38am. No podía parar de llorar. Lágrimas de alegría y de dolor acumulado. Lo cogí piel con piel pero enseguida se lo llevó la comadrona a pesarlo y le puso la pomada oftalmológica. Cuando me lo devolvió con los ojos pegajosos no me lo podía creer. Me robaron sus primeras miradas. Me venían a la mente las primeras miradas y contactos visuales en la primera HORA de vida de su hermana, que nació muy despierta. En el plan de parto explicaba que se la pondrían “després del primer contacte per interferir el mínim possible”. ¿Cuánto se considera el primer contacto? ¿Hay de nuevo prisas en el sistema?

Yo en ese momento estaba en otro mundo, pero mi marido recuerda con impotencia que le invitaron a cortar el cordón umbilical sin haber pasado apenas un minuto del nacimiento. Él contestó que si no era muy pronto ya que habíamos hecho juntos el plan de parto y el ginecólogo dijo que con un minuto era suficiente y que “si no cortaba ya, lo haría él”. Plan de parto de nuevo pisoteado “M’agradaria que el cordó umbilical es tallés un cop hagi deixat de bategar (pinçament de 3 a 5 minuts)”. Entiendo que no se sepa de memoria lo que hemos marcado, pero la comadrona sí que se lo miró al entrar en sala de partos y sino, no cuesta nada preguntar en el momento como lo queremos hacer. Y si tanta prisa hay de nuevo, es una hipocresía que te den esa opción a marcar en el plan de parto.

Salimos de aquel frío quirófano, no por la temperatura, y nos llevaron a la sala de reanimación, esta sí fría de verdad. Había una rejilla de ventilación justo delante de la camilla y entraba aire acondicionado directo. De todo menos confortable.

Turno de mañana de comadronas, frescas, sonrientes, amables. Qué cambio. El equipo de planta también muy correcto.

Al día siguiente no me podía mantener sentada. Sentía que la espalda se me hacia un bloque, como si me metieran un palo por toda la columna que me impedía mover la cabeza hacia cualquier lado, sobretodo hacia arriba o abajo. Tenía que tumbarme inmediatamente y poco a poco en casi media hora se iba el dolor. No llegué a tener cefalea por hipotensión licuoral, pues lo que tenia era esta cervicalgia en los primeros 15 segundos de sentarme, creo que no daba tiempo a aparecer la cefalea. Me sentía impotente de no poder coger a brazos a mi hijo, de depender de terceras personas para mis necesidades básicas. Así que me dieron el alta marchándome en silla de ruedas hasta el coche, pero tenía unas ganas tremendas de irme a casa. Los anestesistas me fueron llamando para saber como estaba, lo cual agradecí. Me insistían que si no mejoraba me ponían el parche hemático, pero yo era reacia a que me intervinieran mas. Finalmente los síntomas me duraron una semana, coincidiendo el inicio de la mejoría con un diazepam a la desesperada.

Y hasta aquí mi relato. No quiero generalizar ya que conozco experiencias muy satisfactorias de partos en el HGTP. Pero esta fue la mía, y no es un caso aislado. Queda mucho por mejorar. Espero que compartirlo y publicarlo sirva para visibilizar, mejorar y que los planes de parto no sean papel mojado en ningún caso.

MRR.