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Parto de Sol. Nacimiento de Luna. Maternidad Acuario, Beniarbeig.

"Aquí está el relato, aunque al releerlo me parece que le falta todo, todo lo que realmente pasó que fue maravilloso..."

Me parece mentira que este momento me haya llegado, el de escribir sobre mi parto. Primero quiero agradeceros a todas porque gracias a vosotras he podido tener el parto que quería y mejor aún, no tener el parto que no quería. También gracias a Olga García, mi ginecóloga que me animó a irme a Acuario desde el primer momento, y a la gente que me he ido encontrando y que ahuyentaba mis miedos a no llegar a tiempo o a que se me adelantara el parto. En esta página también he podido encontrar mucha información con la que he convencido a mi entorno familiar de que Acuario era la mejor opción para mí y para Luna también, hasta el punto de que mi madre se siente muy orgullosa del parto que he tenido y siente no haber podido tener ella uno así...

En fin, voy a empezar por los últimos días en Madrid. Yo salía de cuentas el día 6 de octubre, y una semana antes ya empecé a inquietarme, no podía soportar la idea de ponerme de parto en Madrid, me daba mucho miedo.. así que decidimos irnos para Alicante. Estuvimos una semana en “El Botánico”, un sitio paradisíaco donde Annie alquila habitaciones y donde nos sentimos muy pero que muy a gusto. Mi chico trabajaba desde allí por las mañanas y por las tardes pudimos ir a la playa varios días o bañarnos en la piscina... Estuvimos de maravilla esperando a Luna y disfrutando de la espera.


El día 6 vi a Enrique Lebrero, el ginecólogo de Acuario, y me dijo que estaba a punto, que estaba ya dilatada de 3 cm. Yo no tenía síntomas de ningún tipo, excepto las contracciones no dolorosas en que se pone la barriga dura. El 7 por la mañana vino Antoinette y nos dio una sesión de shiatsu a cada uno.

Esa noche fue luna llena... y a las 5.30 me desperté con un dolor como de ovarios, aún no sabía si eran contracciones (era muy novata en esto) y desperté a Bernat, y le dije que creía que tenía contracciones, aunque no muy fuertes. Él quería que durmiéramos un poco más porque las horas siguientes serían agotadoras (qué iluso... por supuesto ya no pude pegar ojo). A las 7 llamé a Acuario, le pregunté a la matrona (a la que desperté) cuándo debía ir para allí, me dijo que cuando las contracciones fueran regulares. Entonces empezamos a medirlas, pero sólo teníamos el cronómetro del ordenador de Bernat, un lío, y no nos salían regulares y el dolor ya empezaba a ser intenso. Así que decidimos ir para Acuario (estábamos a 4 km). Al llegar salió la matrona dormida, tengo que decir que no nos dio nada de seguridad, al parecer es una matrona que hace sustituciones y no tiene el “espíritu Acuario”. Ella me dijo que aún quedaba y que podía volver a irme o quedarme por allí.

Las contracciones eran dolorosas así que decidimos quedarnos. Por suerte a las 10.00 llegaba Gloria, la matrona que llevó mi parto y que de sólo mencionarla ya me emociono. Estábamos en la habitación y yo ya tenía contracciones muy fuertes, es curioso porque sentía muchas ganas de cagar, así que con cada contracción corría a sentarme en el wáter. Eran muy dolorosas y le pedí a Bernat que llamara a la comadrona, Gloria me dijo que si quería podía bajar al paritorio. Allí me preguntó quién era mi médico en Acuario y si quería un parto natural, “por supuesto!”. Nos dejó, creo que lo tranquilizó a Bernat que estaba un poco desencajado, yo ya había empezado un viaje y él no sabía cómo participar. Las siguientes horas las pasé entre el paritorio y el wáter, creo que gritaba bastante cuando venían las contracciones.

Gloria me monitorizó varias veces para controlar al bebé. Luna venía un poco de lado así que Gloria me recomendó que me moviera, me pusiera en cuatro patas, a ver si ella se ponía en una mejor posición. Pero la verdad es que apenas podía hacer algo, mi cuerpo me pedía ir al wáter y no mucho más. Cuando ya estaba dilatada de 5 cm (creo) me metí en la bañera. Aquello fue un regalo, me relajé totalmente. Me siguieron viniendo contracciones pero más espaciadas, menos dolorosas y hasta me empezaron a dar ganas de empujar. Entre una y otra contracción llegué a dormirme. Bernat dice que parecía el exorcista... No tengo dimensión del tiempo que pasé en la bañera, lo cierto es que en un momento Gloria entró (entraba y salía, muy discretamente, casi no la sentí hasta estos momentos) y me dijo que saliera un poco, que me iba a monitorizar. Al salir tuve ganas de empujar, y dolía mucho. Gloria me preguntó si estaba empujando, sólo pude decir “No sé”, realmente estaba como poseída, o mejor aún, estaba en mi viaje, descontrolada... Gloria me miró y me dijo que ya había dilatado 9 cm, que en cuanto rompiera la bolsa saldría Luna.

Entonces se fue y en una contracción se rompió la bolsa y Bernat salió corriendo a buscarla. En este momento me hizo sentar en la silla de parto que tienen, donde te quedas como en cuclillas. Desde allí llamó a Enrique y dijo “ya estamos de parto”, yo pensé “¡pero si llevamos HORAS de parto!”. Ella se sentaba frente a mí y Bernat se sentó detrás, en la cama y yo me apoyaba en él. En un momento me dijo Gloria, en la próxima contracción empuja y ella con la mano colocó a la beba de tal manera que pudiera salir sin dar con las paredes (porque venía de lado como dije antes). Esa maniobra fue dolorosa pero magistral porque a partir de ahí creo que empujé 4 veces. Bernat me ayudaba empujándome hacia delante en cada contracción. Yo sentía ganas de cagar (y de hecho cagué) y una presión muy fuerte en el culo. Cuando dije que dolía Gloria me hizo tocar la cabecita de Luna allí dentro.

En todo momento ella me animaba con palabras cariñosas, me decía que era una valiente, que claro que dolía... En un momento Gloria me dijo que parara de empujar, que soplara... quemaba mucho... Cuestión, que en 12 minutos desde que llamó a Enrique nació Luna. Según salió me la dio Gloria y me la puse en el pecho. Lloramos los 3 juntos: Luna, Bernat y yo. A todo esto, la auxiliar (Marisol) estaba filmando porque habíamos dejado la cámara muy lejos. Enrique llegó y me dijo “Rápida y discreta como es ella” y yo pensaba “ni lo uno ni lo otro” acordándome de los gritos, los últimos fueron “animales”, los oí más tarde en el vídeo, realmente era una parte de mí muy profunda y que salía sin yo tener conciencia. Costó un poquito sacar la placenta pero ya me daba todo igual, tenía a Luna encima mío y no me separé de ella en ningún momento mientras estaba en Acuario, excepto para ir al baño, dársela a su padre o a la familia que llegó en avalancha desde Madrid y Barcelona. Enrique comprobó que todo estuviera bien, mi periné estaba intacto, sólo me dio un punto interno que se soltó al día siguiente y lo dejaron así, no era importante. Ah! Y me tuvieron que dar una inyección porque el útero no se ponía duro... (perdonad mi falta de tecnicismos.)

Bueno, me estoy dejando mil detalles pero me resulta muy difícil hacer este resumen. Sólo puedo decir que fue maravilloso, que me emociono cada vez que pienso en el parto, en Gloria, en cómo nos trató la gente todo el tiempo... Fueron 15 días maravillosos, una decisión acertada la de tomarnos esas vacaciones en torno a la llegada de Luna.