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Parto De Gala

Antes de nada, decir que aunque no tuve un parto fácil la atención y los profesionales del HUCA no pudieron ser mejores. Yo hubiera tenido una cesárea en casi cualquier otro hospital de España, pero el tesón y el cuidado de una matrona y de su equipo hicieron que encontrara las fuerzas necesarias para seguir adelante.

Rompí aguas en la semana 40+1 a las 5 de la mañana pocas horas después fuimos al hospital y me ingresaron. Manteníamos la calma y eso que aparte de que notaba como iba saliendo poco a poco el líquido de la bolsa, no tenía síntoma ni contracciones ni nada. Me preocupaba bastante que no empezara el parto y que me lo provocaran así que me pase la primera noche ingresada en el hospital casi toda la noche moviéndome d una punta a la otra del pasillo del hospital para que se acelerase la cosa.

Al día siguiente a las 12 de la mañana con pasadas más de 24 horas de haber roto aguas me introducen una cinta de proglastamina para intentar provocar el parto. Además de eso, me llevaban a monitores cada 6-8 horas para comprobar que todo iba bien.

A las 5 de la tarde, cuando llevaba día y medio ingresada, tuve la mala suerte que al hacer pipí, expulsé la cinta de proglastamina, entonces avisamos a la enfermera y me comentó que me tenían apuntada para monitores que no sabia si me tenían que poner otra cinta antes o después de los monitores. Y... aquí el gran problema de mi parto ya que al final decidieron ponerme la cinta de proglastamina antes de los monitores y yo, aunque no lo sabía ya estaba de parto. Así que claro, si ya estoy de parto y me pones la cinta de proglastamina a las 7 de la tarde, lo que provocas es que todo se acelere más.

Me ponen los monitores, ya empiezo con contracciones fuertes, que yo las sentía pero no se veían en el monitor, y claro yo me retuerzo de dolor, el monitor pierde el latido y otra vez a empezar. Lo que me extraña es que en ningún momento subió las contracciones más de 40 o así, por eso ni mi marido se imaginaba que estuviera de parto. Y yo venga a chillar, que por favor me dejaran moverme, a mi lo que me pedía el cuerpo es movimiento pero si me movía se perdía el latido y otra vez a empezar.

Me metieron en la sala de ditación para ver si así podía estar más tranquila, yo ya empezaba a soltar de todo por mi boquita, desde matasanos por que me hacéis esto, a decirle a mi marido que a mi me da igual que si se quiere quedar el que se quede que yo me voy a casa. Me decían, venga no te muevas en 20 minutos y terminamos, pero claro no eran 20 minutos y es muy muy difícil estar con trabajo de parto (con inducción) y no moverse. Y mi pobre marido, aguantando todo lo habido y por hacer.

Las peores 2 horas de mi vida! Tanto chillar, tantas molestias (y dar el coñazo a todo el mundo), que deciden explorarme a pesar de que los monitores no muestran contracciones fuertes. Sorpresa, estaba de 5cm! Había pasado de no dilatar nada a las 6 de la tarde a tener 5 cm a las 8. Así que, me preguntan que si quiero epidural, os juro que en ese momento si me dicen que si me cortan una pierna se me quita el dolor yo hubiera dicho que "Dame el cuchillo que la corto yo". Tenía contracciones muy muy fuertes y con apenas unos segundos de separación por lo que no tenía apenas tiempo de recuperación.

Viene la anestesista en 5 minutos, para mi es Dios vestido de verde, me da igual las agujas, y todo. Hasta este momento no me habían ni vía por lo rápido que fue todo. Me pinchan, todo bien, se me quitan los dolores pero, a los 10 minutos otra vez con dolores fuertes, muy fuertes, me suben la epidural al máximo y nada de nada. Luego me enteré que soy una de las afortunadas que son "inmunes" a la epidural, y seguimos en las mismas, cómo ahora encima tengo epidural pinchada, aunque yo sienta las piernas y me pueda mover, no me dejan levantarme y tengo que tener si o si los monitores enchufados, y claro contracciones fuertes con un intervalo de 15-20s entre contracción.

A las 10 de la noche, le digo a la matrona que tengo ganas de empujar, "¿Tan pronto?", pues si tan pronto. Así que antes de que me dijeran nada ni me miraran yo ya por naturaleza empiezo a empujar, me lo pedía el cuerpo. La sorpresa vino cuando se dan cuenta de que aunque ya estaba de 10cm, había dilatado tan rápido que no se había borrado el cuello del útero. Así que me dicen, si empujas no va a salir que está todavía muy alta que guarde fuerzas, pero claro, es imposible no empujar cuando estás de parto, es una sensación imparable. Así que empujaba aunque no quisiera, y claro con contracciones cada poco segundos.

Así pasaron dos horas y media, que es el "máximo" que te dejan estar empujando para que salga el bebé. Apareció por allí la jefa de las matronas para ver que hacían conmigo, en cualquier otro hospital directamente me hubieran rajado. Como la niña estaba bien, y yo parecía estar aguantando (aunque chillaba mucho) decidieron empezar a contar esas dos horas desde que se borro el cuello del útero. Empecé a empujar ya con el cuello casi dilatado a las 23.30 y mi bebé nació a las 1.45 (4+3). Lo que pasé, en esas casi 5 horas en total empujando, no se lo recomiendo ni a mi peor enemigo, yo perdía el conocimiento entre contracción y contracción, y chillé como un marrano en el matadero.

Por suerte soy una persona fuerte, ya que físicamente es muy duro y yo no paraba de pensar que por mis ovarios, pasara lo que pasara, no iba a dejar que se arrimara un bisturí a mi sin anestesia. Al final Gala nació sin problemas, con un desgarro de piel de 1 punto con 3,068 kg y 50 cm.

Me quedé tan dolorida en la hora que te dejan en el paritorio haciendo el piel con piel, que, de manera excepcional y como "me lo había ganado", me pegaron un chute de algo por vía intravenosa que me rio yo de Bob Marley y que me hace plantearme muy seriamente lo de las drogas :-)

Mis secuelas fueron las peores agujetas de mi vida, durante los días siguientes no podía ni moverme, tarde tres días en recuperar la voz y me quedé sin suelo pélvico. He tardado casi 6 meses y mucho ejercicios de keguel en poder controlar la incontinencia. Pero, acabé contenta, según llegué del paritorio a la habitación, una hora y media después de dar a luz me estaba pegando la ducha más larga de mi vida.

En cualquier caso, lo más duro fue el que no me dejaran moverme que era lo que me pedía el cuerpo, si hubiera sido más fuerte desde el principio y no hubiera pedido la epidural mi parto hubiera durado bastante menos.

Lo que aprendí después de mi parto, es sobretodo que soy una persona más fuerte de lo que me pienso, que se puede dar a luz sin epidural y en las peores condiciones posibles, que voy a tener otro bebé y esta vez sí que sí sin epidural y sin monitores para que me dejen moverme libremente. Y si puedo parir de nuevo en el HUCA sin pensármelo dos veces.

Lo bueno, un bebé precioso y poder decirle a todas esas abuelas que presumen de que parían con dolor en los año de maricastañas, que les cambio sus cuatro partos seguidos por el mío, ninguna me dice que sí :-)

A las futuras mamás decirles que, duele pero el dolor es bueno, significa que la naturaleza sigue su curso. Somos poderosas y nosotras podemos.