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Parir con y sin epidural

Mi hijo Javier nació el 2 de Noviembre de 2017. Me preparé a fondo para intentar dar a luz sin epidural (tengo problemas de espalda y me la desaconsejaron) pero los 2 días que duró su llegada a este mundo, me lo hicieron muy difícil y cansado. Tras 4 veces visitando urgencias porque pensé que estaba de parto (contracciones muy dolorosas en la espalda, rítmicas y seguidas) pero en las que no dilataba, por fin llegué a los 4cm y me ingresaron. Pedí por favor a gritos la anestesia porque estaba súper cansada, y me sentí fatal conmigo misma por hacerlo, defraudada y decepcionada. Tantos meses de trabajo físico y mental para nada. Lo que vino después fue lo que juré que no iba a dejarme hacer: rotura de la bolsa, oxitocina otro bolo de epidural (debido a mis hernias discales me la pusieron más arriba y enseguida volvía a notar dolor en la columna), pero al cabo de unas horas por fin tras 5 empujones ya tenía a mi bebé conmigo. Había merecido la pena todo!!! Aunque si pensaba que hasta ahí habian llegado mis problemas físicos estaba muy equivocada...esa misma noche en el hospital al intentar coger a mi hijo de la cuna me dieron dos calambrazos en la columna que se me cayó de los brazos, a la cama. Fue horrible. Mi postparto lo pasé en silla de ruedas, apenas podía ponerme en pie pues me volvían a dar los latigazos y me tiraban al suelo. No podía coger a mi bebé, ni vestirle, ni bañarle, para darle el pecho me lo tenían que colocar en el cojin de lactancia y tras dos meses asi, decidí dejar la lactancia para poder medicarme y empezar con rehabilitación. Fue la decisión más dura de mi vida, lo único que podía hacer por mi hijo que era amamantarle, también tenía que dejar de hacerlo. Psicológicamente tuve que pedir ayuda pues estaba adentrándome cada vez más en un pozo oscuro en el que no me gustaba nada estar. Tardé como medio año en volver a andar sin ayuda de andadores, ni bastones y casi año y medio después volví a quedarme embarazada. "Estás loca Mayte, con todo lo que has pasado", " pero como se te ocurre!!!". Y así fue como el 17 de Marzo de 2020 (sí, sí, tres días después de decretarse el estado de alarma por el CoVid19) di de nuevo a luz a mi segunda hija Jara. Sin epidural, sola, tranquila. Que paz, qué maravilla y que diferencia. Concentrandome en la respiración, dándome un baño de agua caliente en casa de mis padres mientras el resto de la familia dormia, diciéndome a mi misma, puedes hacerlo y animando a mi hija a salir. Bailando con cada contracción y dejando que salieran vocales de mi boca. Cuando mi chico llegó (vivimos en un pueblo a hora y poco de la capital, y el estaba allí y yo con mis padres en la ciudad) yo ya estaba empezando a empujar. Llegamos al hospital y tras restregarme en gel hidroalcoholico y ponerme una mascarilla que enseguida tuve que quitarme, llegamos a los paritorios donde me tumbé de lado y mi hija de 4,2 kilos salió. Así de rápido, sin ninguna intervención, sola, sin anestesia, sin dolor de espalda, sin decepciones. Lloré de alegría porque, tras 4 horas, mi hija y yo, lo habíamos conseguido!!!! Juntas, trabajando al unísono. El postparto fue tan diferente. Podía cambiar los pañales a mi hija, portearla (sin abusar, que mi espalda tampoco está al 100%), amamantarle, dormirla... Lo único que no hemos podido hacer es sacarla de paseo por el estado de alarma. Pero para nosotros eso ha sido lo de menos!!!