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Nacimiento Isabel

El mes que viene mi hija hace 2 años, y por casualidad, escuché en las noticias la existencia de la asociación “El parto es nuestro". Lo consideré como la señal que me indicaba el contar mi historia, para ayudar a optimizar lo que hoy en día se conoce cómo "atención al parto", este es el objetivo de mi narración hoy en día, porque el objetivo hace 2 años era castigar y denunciar a los que me atendieron en pre- y post-parto, porque pude denunciar, pero lo más importante en aquellas semanas, era mi hija, mi familia y yo, el poder empezar a disfrutar de nuestra "kuka" y no revivir lo que me hicieron pasar.

El miércoles 16 de Febrero del 2005 a las 14.10h, nació Isabel, con 3,150 kilos, mediante cesárea con anestesia general, en el hospital Valle d´Hebrón de Barcelona. Ingresé el martes 15 a eso de las 23.40 de la noche, porque rompí aguas inesperadamente a las 37 semanas. Yo sufro de un pequeño problema de coagulación en la sangre, lo cual hace, no que se considere un parto de alto riesgo, pero sí una especial atención. En el ambulatorio de Premiá de Mar conocían mi historial y la necesidad de derivarme al Valle Hebrón sobre los 6-7 meses de gestación para que éstos empezaran a hacerme pruebas de sangre y "prepararla", ya que se conoce como un hospital dotado de un gran equipo de Hematología, pero nunca llegaba ese momento, ya que decían "hay tiempo, hay tiempo", (como si hoy en día, no se conocieran partos prematuros, o de considerable adelanto). La última prueba en el ambulatorio fue la del recto, pero sin conocer los resultados, ya que cuando tenía hora para recogerlos, ya estaba en casa con mi hija de 6 días.

Al llegar al hospital, con los pantalones chorreando, hice el papeleo para el ingreso. Me llevaron a una habitación, y me pusieron las correas, a mi lado otra cama, con otra parturienta, y en vista general, una muy penosa instalación. A la horita me llevaron a una habitación, aún peor, sin trozos de racholas en la pared, una camilla, con una mancha "sospechosa" en medio, que luego taparon con sábanas al hacer la cama, y un aseo, que no es compatible con un hospital. Me pusieron la lavativa, con muy mala gana y paciencia... pero entendí que bueno... la susceptible y asustada era yo. Me temblaban las piernas y me preguntaron si era de miedo o de frío y contesté que de las 2 cosas...Me dijeron que me tenían que dejar sola entre hora -hora 1/2 y que me vendrían entonces a buscar. Parecía que empezaban las contracciones y me puse a andar por la habitación porque había leído que andar calmaba el dolor, pero me avergonzaba el ver que cada paso que daba, quedaba marcado por un caminito de agua... o mejor dicho, líquido amniótico.. Llegó el efecto de la lavativa y fui al aseo. Allí me encontré muy sola, sin saber de mi familia (madre, marido y hermano), y lo que es peor, sin que ellos supieran de mí hasta que a la horita me vinieron a buscar.

Me llevaron a otra habitación donde ya me pusieron el aparato este que mide la intensidad de las contracciones, el dolor empezaba a hacerse notar pero ya me indicaron que iba para largo y que aún tenía que marcar 100 ó más, iba por el 27 y desde el ingreso habían pasado 3 horitas. Más tarde me llevaron a otra habitación donde estaba el potro y una plancha de aluminio como "cama". Allí estuve aproximadamente con las contracciones más fuertes, sobre 117, y unas 14 horas (sin ningún tipo de anestesia, ya que por el problema de coagulación, la epidural no se puede aplicar, y SIN UN ESTUDIO PREVIO, MENOS.) El aparato que me pusieron para escuchar el latido del corazón de Bel no funcionaba del todo bien y me dijeron que le fuera dando golpecitos al aparatito cada vez que no se escuchara nada. Iban entrando y saliendo enfermeras, ginecólogas, las cuáles algunas iban controlando mi dilatación. Me quedé bloqueada en 5 cm. y otras haciendo el tacto para ver si tocaban a la niña y si ésta apoyaba la cabeza en el cuello...cosa que las horas iban pasando y la niña no hacía. No me acuerdo pero ya tenía la sonda puesta. De golpe vino una Doctora, la cuál me dijo que "apretara el culo", para hacerme un tacto, y reconozco que me era imposible colaborar… no tenía fuerzas, paciencia, estaba nerviosa, muy cansada y asustada... pero lo intentaba hasta que ella me dijo con muy mala educación: -"Son las 3 de la mañana y no creo que tengamos ganas de discutir!!!!", en ese momento me dolió más el trato que el dolor… Los médicos iban y venían y las horas también. Vino la anestesista con jeringuilla en mano, ya me iba a poner la epidural y me hizo las preguntas pertinentes pero cuándo le informé de la falta de coagulación, se paró el mundo. Me pidió informes, qué cómo era que llegaba en ese estado sin pruebas, resultados, papeles, informes... le expliqué el caso omiso que me hizo el ambulatorio de Premià, que me adelanté 3 semanas... en fin... ”un desastre”. Corriendo empezaron a hacerme análisis, enviando a toda prisa al laboratorio, el laboratorio cómo es normal, a tope, mi madre y mi marido entrando a cuenta-gotas, le preguntaron a mi madre que cómo era posible esta situación, ella explicó lo mismo... que nosotros estamos en sus manos... si el ambulatorio no nos derivaba... qué podíamos hacer?...

El dolor ya ni lo aguantaba, perdí algún minuto de conciencia con la realidad, la espalda entre las contracciones y la “plancha de aluminio” me quemaba. A todo esto, ya se estaba haciendo de día, pedí por favor que cerraran la persiana ya que el sol empezaba a darme de cara y me agobiaba aún más, me dijeron que la persiana estaba rota y taparon la ventana como pudieron con la lámpara redonda enorme que cuelga del techo..encarada a la ventana. Entró la Ginecóloga y me dijo que tenía que tener la niña de manera natural pariendo sin más, sin anestesia, sin ayuda…y la madre naturaleza dice que saca fuerzas de donde no las hay, pero en mí, por mi hija os digo que no las había...supongo que me creyó sinceramente cuando se lo dije porque no me insistió ni una sola vez, me miró, me dijo que sabía por lo que estaba pasando, tantas horas, sin anestesia, etc…que me dijo que miraría lo que podría hacer. Estas palabras me acabaron de dar el empujón que necesitaba, no como la estúpida, imprudente y maleducada de antes.

Todo se quedó parado por un momento…no la podía tener natural pero tampoco con epidural... yo pensaba: -Entonces?... la niña tiene que salir no?... la niña seguía sin apoyar, yo bloqueada en 5 cm de dilatación, me toquetearon entre 2 doctores a la vez, debatiendo en cómo era posible que no apoyase, ahora uno, ahora el otro y de nuevo el primero, desproporción fetal, fue el motivo por el que la niña no apoyaba. Desde las 23h de la noche anterior…eran ya casi las 13 del mediodía...ya se tenía que tomar alguna solución, la niña y yo…empezábamos a sufrir y peligrar. Escuchamos cómo la Doctora que tan bien me entendió, escuchamos cómo hablaba con el laboratorio, diciendo que me iban a preparar y bajar al quirófano, cesárea con anestesia general, que en el transcurso de media hora, si enviaban los resultados de los análisis perfecto, y si no, actuarían igualmente.

Me sacaron en camilla de esa asquerosa y odiosa habitación, me llevaron al quirófano, me pintaron la barriga, me pusieron la máscara y me dormí.

Al despertar, creo que un tubo me ahogaba, me tapaba la garganta, levanté la mano como pude, para que vieran que estaba despierta y me lo sacaron... en segundos recordé y giré la cabeza hacia la izquierda, allí estaba mi gran sufrir, mi premio, mi hija, tapadita en una cunita. Al ver el gesto me la pusieron encima, fue la mejor sensación DE TODA MI VIDA ABSOLUTAMENTE, hasta que se la llevaron porque la tos que tenía no era normal, se la enseñaron al padre y la ingresaron en Neonatos, sin decir qué gestiones había qué hacer, adónde dirigirse, por quién preguntar... Mi marido se olvidó del mundo y fue a buscarla hasta que la encontró y de ella no se separó hasta que le indicaron cómo hacer el papeleo...y qué es lo que estaba pasando y por qué.

Al segundo día me la subieron a la habitación, mientras tanto bajábamos a verla en el horario permitido, 3 medias horas al día. En Neonatos la alimentaban con biberón, como es normal, y yo en cama recuperándome de tan duro y difícil parto. Cuando ya por fin me la suben a la habitación, ésta cambió de color de repente. De 4 parturientas, faltaba sólo mi hija, era muy triste ver a las otras mamás con sus bebés, y yo sin el mío...

Empezaron a meterme prisa. Sobre el tema de dar el pecho, que me la pusiera, que tenía que aprender a darle el pecho y la niña a mamar, pero como dice una amiga mía, si no se ceba la bomba… no hay nada qué hacer, y en esos 2 días, nadie me indicó, informó nada para ir estimulando el pecho. A última hora me llevaron a una habitación y allí me hicieron estar 3 horas seguidas con el sacaleches pero sin sacar ni gota. A la noche me vino una gran subida de fiebre y a la mañana tenía unos grandes bultos en ambas axilas que no podía casi ni cerrar los brazos. Una vez más la habían cagado, así que pedí la pastilla, y dejé estar el tema, la niña ya sabía lo que era un biberón y me llevaba 2 días de ventaja...

Mi experiencia en Valle d´Hebrón ha sido horrible, me duele mucho el trato, humano y profesional y aún lloro de todo lo que llegamos a sufrir las 2. Ahora desde luego que mirando a mí reina, nada importante más que ella…pero... ¿Por qué aún se arriesgan a perder esos 9 meses de tanta lucha para nosotras?