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Nacimiento de Noa, historia de Katia. Parto natural, Cangas del Narcea

“La habitación de parto natural era estupenda: una camilla con miles de posturas, una pelota, una colchoneta, luces a escoger, persianas, aparato de música... Zulima (la comadrona) estaba todo el tiempo a mi lado, pendiente pero sin intervenir.”


Quiero dar las gracias a:
• EPEN, sin vosotras ¡habría tanto sufrimiento más!
• Andrea Brandt, matrona de parto en casa en Asturias. Me asesoró, me
aconsejó, me guió, me cuidó... ¡¡y eso que no parí con ella!!
• El equipo de Cangas, especialmente Zulima, que me atendió el parto, y Sonia, que me explicó todo en la visita previa, y ¡todos quienes respetaron mi parto!

¡Mi parto en Cangas fue una maravilla! Todo todo natural y respetado, con una excepción, una enfermera llamada Sofía, que le tomó la temperatura al bebé rectalmente. Cuando le dije que en la axila me dijo que no se podía, que a los bebés sólo en el ano. Es mentira, el resto de sus compañeras después que ella se lo tomaron en la axila.

Noa nació el viernes 26 a las 2:45 de la mañana, tras unas 12 horas desde la primera contracción de parto que fue muy suave, y tras salir de la consulta de la ginecóloga del HUCA, que me dijo el jueves 25 a las 12 que me quería dejar ingresada para provocarme el parto. Yo le dije que no, me dijo que me fuera inmediatamente a Cangas a que me lo indujeran y yo por supuesto no fui. Aún no estaba en riesgo y tenía líquido amniótico, no mucho pero aún para unos días. Llamé a Cangas y dije que quería ir a parir allí, ya había estado de visita, todo estaba en orden.

Llamé a Andrea Brandt para consultarle y me aconsejó muy amablemente, y así me quedé tranquila. Fui a Correos y a las 2:30 de la tarde más o menos me dio una contracción distinta, más dolorosa, pero sobre todo distinta.

Terminé los recados y fui a casa a preparar la maleta, todo con calma y respirando y cantando mientras tenía más contracciones. Sobre las 7:30 de la tarde salí en coche para Cangas del Narcea. Llegué allí sobre las 10 de la noche, con 3 cm. de dilatación.

Me monitorizaron con dificultad porque me venían contracciones cada 9 minutos y me movía mucho. No me molestaron nada.

En Cangas hacen tres tipos de parto natural: con apnea y guiado, sin apnea, y espontáneo. Yo hice este último, y realmente fue espontáneo. Pero si queréis os pueden guiar y llevar con las respiraciones. El mío fue, según mi madre, ¡como si pariera en el monte!

Me di una ducha larga cantando más, y sobre las 12 ya estaba de 6 cm., a partir de allí se sentía ya el empujón, Noa bajaba a paso rápido.

La habitación de parto natural era estupenda: una camilla con miles de posturas, una pelota, una colchoneta, luces a escoger, persianas, aparato de música... Tomé un vaso de leche de arroz pero lo vomité al rato, ¡el parto iba rápido!

Zulima estaba todo el tiempo a mi lado, pendiente pero sin intervenir. Mi madre y mi hermana también estuvieron durante todo el parto. Curiosamente, me molestaba que me tocaran y nadie se acercaba a mí demasiado para no molestarme.

Inhalé unas cuantas veces de un gas que te deja bastante ida, es como un mareíto y te ayuda para el dolor, me hizo algo de efecto pero dejé de tomarlo porque quería estar plenamente consciente para el parto.

Sobre la 1:45 estaba de 9 cm. y Noa empujaba ya duro, aunque la bolsa seguía
entera. Tras hablarlo con Zulima, decidí que me rompiera la bolsa para saber que todo iba bien (con mis movimientos y yo a cuatro patas no podíamos oír el corazón de Noa, y esto le preocupaba un poco) y además el parto iba a ser algo más fácil y húmedo, así que le dije que sí...

Ahí empezó el expulsivo, y tras una media horita de empuja y sopla, algún grito que a mi me pareció gigante pero al resto no, la cabeza de Noa salía un poco y volvía entrar, para ir haciendo sitio para el gran empujón, que fue tan fuerte que ya se quedó ella con la coronilla fuera... esto lo llaman el círculo de fuego, ¡¡ya os imagináis porqué el nombre!!

De repente me quedé sin contracción y en ese estado durante unos minutos que me parecieron eternos... en ese momento le pedí a Zulima que hiciera algo, porque me dolía mucho, quería la epidural o oxitocina o un whisky doble, ¡¡¡lo que fuera!!! y ella y la ginecóloga me dijeron: “pero mujer, si ya solo te queda un empujón, ¡venga que tú puedes!”. Eso me animó mucho, me relajé y esperé la contracción... y cuando por fin volvió y empuje, allí ya salió toda Noa, noté salir su cabeza, la noté girar, la note cuando sus hombros siguieron abriendo camino y ya al final todo su cuerpo a través de mí como de paseo, ¡ya era todo fácil y húmedo y caliente!

Me la pusieron en el pecho, y en menos de 20 minutos ya estaba chupando calostro, ¡una glotona con muy buen olfato! La leche me subió al día siguiente, un montón, tanto que me dolía mucho el pecho y tuve que sacar algo en la ducha...

Nos quedamos en el hospital los dos días de rigor, y como el 70% de los neonatos, resultó con la bilirrubina alta. La tuvimos una tarde y noche entera bajo la lámpara, esto me dio mucha pena pero yo estuve sentada, junto a ella, para no dejar de acariciarla. Todo el tiempo la toqué, cada 2 horas la ponía al pecho.... Mi familia vino a acompañarme y me dieron turnos de descanso.

En el hospital, como pediatría, también respetaron todo: no le hicieron nada, ni bañarla, ni llevársela sin mi, ni nada de pruebas invasivas... las únicas dos cosas que dicen que hay que hacer son:
• Eritromicina en los ojos, para las conjuntivitis: les dije que no, tuve que firmar un papel; es un antibiótico y me parecía muy fuerte. Aquí no sé si metí la pata, porque al final sí que le dio algo de conjuntivitis y tuve que ponerle la pomada dos días (en vez de una vez que es lo normal nada más nacer). En fin...
• Vitamina K intramuscular, para prevenir muertes por hemorragia interna. Esto es más normal ponerlo si se usaron fórceps o así, o si la criatura ha estado con la cabeza apretada mucho tiempo... se la puse por si acaso, aunque tampoco sé si era necesario, casi no le molestó, la verdad... Creo que la próxima vez le pondré la eritromicina...

En el hospital fueron súper acogedores (casi todo el mundo, siempre hay excepciones) porque vino familia mía ¡hasta del otro lado del charco! Y éramos un montón.

¡¡¡¡POR FIN UN HOSPITAL PÚBLICO DONDE PARIR NATURAL!!!!