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Mi parto Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo

Hace exactamente 4 meses que nació mi hijo y con él yo como madre.
Nació 2 días antes de la FPP, iba por primera vez a cintos y resultó que tenía la tensión bastante alta. Así que tras varias mediciones el ginecólogo decidió que debían inducir el parto.
No estaba preparada. No llevaba la bolsa del hospital. Ni la ropa adecuada. Todo había ido genial en el embarazo y pese a estar tan cerca el día de la FPP me encontraba genial y despreocupada, era primeriza y suponía que se retrasaría algunos días.
Pero no fue así y me ingresaron y llevaron directamente al paritorio.
Allí me recibió la matrona, una chica joven y amable quería ver cómo estaba el cuello del utero y si tenía contracciones.
Debío ser el susto o los nervios, o que en el tacto del ginecólogo me separaron las membranas (nunca lo sabré) pero tenía contracciones y empezaba a dilatar.

Las contracciones eran bastante fuertes y seguidas, pero no se rompía la bolsa. Tras varios intentos de convencerme en romperla, al final accedí. Y ahí se desencadenó todo de golpe. Contracciones continuas y sin descanso en apenas 3 horas sentía que me iba desmayar. Un dolor insoportable que no me daba ni un descanso para coger aire y aunque no quería la epidural, al final acabé pidiendola.

Ahi pude descansar un poco y coger fuerzas. Y tras 2 horas más de dilatación ya sin dolor empezó el parto activo y los pujos.
No encontraba una postura adecuada, no me sentia cómoda con la matrona que todo el rato parecía que tenia prisa. Y con una residente en prácticas que observaba todo.
Ella me ofrecía cambiar de postura, y yo solo quería ponerme de pie o agachada pero con la epidural era imposible.
Al final pari con las piernas en el cabestrillo, agarrada a las rodillas, casi sin sentir nada, sin saber si lo hacía bien y la cabeza de mi bebé que no bajaba…
La matrona repitiendo que si no nacía pronto tendrian que ayudarme con fórceps o ventosa. Y que su turno acababa a las 21:00… como si eso me ayudara a empujar mejor.

Estaba exhausta. Llegaron 2 ginecólogos, una mujer y un hombre jóvenes acompañados de otros residentes. Todos observandome. Ella ni saludó, se puso entre mis piernas e hizo algo, no sé el que. La matrona les preguntaba si me ayudarian. El ginecólogo dijo, falta poco, ella podrá hacerlo bien.

Eso me alivió. No quería instrumentos ni cesareas, solo sentía que necesitaba tiempo y por suerte él me lo dió.
La ginecóloga me regaló un pequeño desgarro esa fue su aportación.

Después de eso, 2 pujos y mi bebé nació. Y yo lloré feliz de haberlo conseguido sola, y a 4 minutos de acabar el turno de la matrona. Se debió marchar feliz de haber conseguido meterme tanta prisa.
Ya me daba igual. Cansada. Dolorida. 10 horas después de ingresar mi bebé había nacido.

Yo me llevé un desgarro de nivel 2 y bastantes puntos que me dio la matrona del turno siguiente. Mucho más delicada y amable que la anterior.
Pero a mí ya casi ni me importaba. Mi bebé estaba bien. Yo lo había conseguido. Los dos lo hicimos.

El posparto fue un horror. Los puntos me tiraban y dolían mucho. Me escocia cada vez que hacía pipi.
Tuve un edema durante casi 10 dias que no me permitía sentarme con lo que me complicaba aun mas todo.
Tuvimos que quedarnos en el hospital por la ictericia de mi hijo 5 dias en los que me presionaron para darle biberón aunque yo no quería. Y lo consiguieron. Un par, después llegó un angel de matron que me ayudó con la lactancia y a perder el miedo que me dieron las enfermeras con que con mi leche no se le iba a pasar la ictericia, y ya no hubo mas biberones hasta que le dieron uno a traicion cuando nos iban a dar el alta y se lo llevaron a hacer la prueba del talon. No me dejaron ir con él.

Fueron muchos detalles importantes que no me dejaron disfrutar de mi parto y los primeros días con mi hijo. Los miedos que te transmiten en esos momentos en los que nos sentimos fragiles e inseguras…
Pero aun así estoy orgullosa de mi cuerpo por haber sido capaz de crear vida, de parir y de alimentar.
Y soy feliz con mi bebé.