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Maniobra kristeller en Ciudad Real

Mi parto fue en el Hospital General de Ciudad Real, en noviembre de 2018. Fui de urgencia a las 10:00h de la mañana, con la bolsa rota y mecomio, el bebé no estaba encajado. Me hicieron una exploración, una eco y me dejaron ingresada para inducirme el parto, mediante oxitocina. A las 12:00 de la mañana, ya estaba en la habitación de dilatación, con la oxitocina y suero. A las 13:30 me pusieron la epidural corriendo porque me estaban dando contracciones muy seguidas y estaba dilatando muy rápido. Me retiraron la oxitocina para que siguiera dilatando normal. A partir de ahí, cada vez que entraba la matrona me inyectaba "algo". Vomité dos veces. Me dio fiebre. Me pusieron más medicación. Y la niña no se había encajado, yo le comenté a la matrona qué pasaría sino se encajaba, y me dijeron que en el parto se encajaría. Estuve en dilatación hasta las 22:30 horas de la noche, sin parar de meterme epidural, oxitocina de nuevo, y más cosas que no sé que eran... Vino el ginecólogo ( siempre el mismo desde que entré por urgencias hasta el final del proceso), junto con otra matrona ( hubo cambio de turno). Nos dijo que como la niña no estaba encajada harían una prueba de parto, y sino cesárea. En la habitación sólo nos dijo que la prueba de parto consistía en empujar. Yo no podía sentir las contracciones de toda la medicación que me habían puesto, estaba como en una nube. Mi marido no pasó conmigo, porque es muy aprensivo, y habíamos decidido que esperaría fuera. En la prueba de parto, me hicieron de todo, el ginecólogo se subió encima mía y con el peso de su cuerpo empujaba al bebé, mientras yo notaba que estaba "pillando algo" como si una parte de su cuerpo estuviera aprisionado algo dentro de mi. Por supuesto, yo me quejé y dije que me estaba haciendo daño, las dos veces que me lo hizo. No sé si él se dio cuenta, porque tenía tal cantidad de adrenalina en el cuerpo que no me estaba prestando atención pero sé que la matrona sí se dio cuenta porque no paraba de mirarme y me vio la cara de dolor, y me escuchó quejarme. Después de varios intentos de un parto natural, con ayuda de forceps la maniobra de Hamilton y la maniobra de kristeller, decidieron hacerme la cesárea porque la niña seguía sin encajarse. Cuándo sacaron a la niña, tuvieron que reanimarla, porque no respiraba y no tenía fuerza muscular. Había tragado líquido amniótico con meconio y sangre porque se me había desprendido la placenta, también tenía líquido en los pulmones. No sabíamos cuánto tiempo le había faltado el oxígeno y si tenía daño cerebral. Yo tuve una hemorragia.
Se la llevaron corriendo a neonatos. Estuvo una semana ingresada en neonatos, en la que los ginecólogos y los médicos se tapaban unos a otros, nos ocultaron información sobre mí y la niña... Le hacían pruebas de las que no estamos informados. El ginecólogo que me atendió en el parto no vino hablar conmigo hasta los 3 días para explicarme qué era lo que había pasado, y vino cuando preguntamos nosotros por él. Cuando empezamos a preguntar y a pedir información, se sentían incómodos y nos contestaban con evasivas y mal genio. Uno de los días que me encontré con el ginecólogo cara a cara, no me preguntó por el estado de la niña ni por el mio, solo se dedicó a decirme que éramos muy conflictivos y que él tenía la conciencia muy tranquila y además disponían de un buen seguro de responsabilidad civil... Lo único que habíamos hecho hasta el momento era pedir información, y exigir que me informe de alta viniese por escrito que me habían hecho una prueba de parto, una cesárea y porque se había producido esa cesárea, que había tenido desprendimiento de placenta y una hemorragia, que en la prueba de parto se había efectuado la maniobra de kristeller, los forceps y la maniobra de Hamilton... Por supuesto no quisieron dejarlo por escrito, estuve 2 días más ingresada porque no nos poníamos de acuerdo en el informe de alta. Sentí un verdadero acoso por parte de los ginecólogos, cuando me veían por los pasillos me paraban. Venían a mi habitación cada dos por tres para hablar con nosotros y decir que todo estaba perfecto, cuando mi hija seguía en neonatos. Sentimos un verdadero ocultismo por parte de los médicos. Nos contestaban y nos hablaban mal. Cuando ya nos fuimos las dos de alta, aceptando el informe que ellos quisieron, y en el que no pusieron por escrito lo que se había realizado. Fuimos a hablar con la dirección del hospital, la directora le dijo a mi marido que al no venir escrito en el informe era nuestra palabra contra la suya. Al final gracias a Dios mi hija ha quedado sin secuelas. Espero que la maniobra de kristeller se prohiba, que ninguna mujer deje que se la hagan.
Un saludo!