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La peor consecuencia de la maniobra de Kristeller.

Mi testimonio....

Como la mayoría de mujeres yo desconocía esta maniobra. Era mi segundo parto, el primero fue una cesárea, por fracaso de inducción, y 22 meses más tarde estábamos en un segundo parto, esta vez vaginal, en el que todo parecía ir normal.

Después de haber dilatado 10 cm y empezando con el expulsivo, yo tenía puesta la epidural, me pasaron al paritorio. Allí la matrona me hizo la primera maniobra en mis primeros pujos, aunque fue suave. Seguidamente el ginecólogo que había entrado y que tuvo hacia mi todo menos palabras amables, se agarró con la mano al asidero de los pies de la silla obstétrica, mientras apoyaba su antebrazo en mi tripa, cuando llegó la contracción me dijo que empujase y él hizo fuerza sobre mi. En ese momento sentí que me partía por dentro, aún teniendo la epidural el dolor era tan intenso que yo parecía una potrilla desbocada, y lo único que se les ocurría era decir que estaba muy nerviosa y que me tranquilizase, ademas el monitor lo habían dejado en la sala de dilatación, con lo cual no se sabía como estaba mi niña. El dolor no cesaba, me llevaron al quirófano me hicieron una cesárea y vieron que mi útero se había roto. La niña tuvo falta de oxígeno y nació con parada cardiorespiratoria, la reanimaron, pero las secuelas fueron tan graves que tres días más tarde falleció.

La maniobra en mi caso tubo las peores consecuencias que pueden ocurrir, seguro que había otras alternativas a la misma, y más teniendo una cesárea anterior. Ni mi pareja, ni yo estábamos informados sobre ella, de hecho supimos del nombre y su existencia a posteriori.