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La historia de Luna: Kristeller y Rotura de útero.

Testimonio 33 de la Campaña Stop Kristeller

Por Luna Martín. Recibido el 19 de enero de 2013.

Hola, buenas noches, me llamo Luna y me gustaría compartir mi historia. Cuando me quede embarazada de mi tercera peque tenía muy claro que si podía sería parto natural, ya que en el primer embarazo me hicieron cesárea porque eran gemelas y no arriesgamos. Cosa que no me arrepiento porque las 3 estamos bien. Pero siempre se me quedó la cosilla del parto natural, y así se lo hice saber a mi ginecóloga.

Bien, pues todo estaba bien por lo que era viable y no teníamos riesgos. El jueves por la noche empecé con contracciones a las 12 y media y a las 7 me fui al hospital, esas horas las recuerdo muy bonitas y muy mías, nerviosa porque se acercaba el momento pero muy contenta por poder lograrlo y ver la cara de mi niña y poder sacarla yo en brazos.

Bueno, cuando llegué al hospital estaba de 5 cm, (dije madre mía ya, pues no fue tanto). Me pudieron la epidural y como no había habitación me dejaron en las puertas de quirófano dilatado, yo sola sin mi marido. Me tocó cambios de turno, la epidural se me pasaba y entre unas y otras ni caso me hacían.

Pues cuando ya estaba dilatada de 10 eran las 11.30 me metieron a quirófano y me dijeron que empezase a empujar, pero a su forma no como yo habia aprendido en mis clases. Al segundo empujón por fin dejaron pasar a mi marido. Me dijeron que tenía que empujar con mas ganas que la niña no bajaba y no podía ser, que creo yo que en dos empujones bajó un plano, y no estaba mal pero en fin... En ese momento la matrona se subió en un taburete y me clavó el codo produciéndome un dolor insoportable que me dejó el cuerpo bloqueado y no pude empujar mas. La doctora no entendía porque me dolía tanto y no era capaz de empujar.

Sacaron a mi niña con ventosa, tragó líquido sanguinoliento, la tuvieron que reanimar y a mi me tuvieron en quirófano casi 1 hora mas porque no sabían lo que me pasaba. Me cogieron otra vía por si acaso, yo no podía parar de llorar y el resultado: rotura de útero.

Gracias a Dios, a día de hoy mi niña y yo estamos bien, pero lo que iba a ser un momento mágico se convirtió en una pesadilla y lo que iba a ser una recuperación mas rápida que la cesárea se convirtió en mas de un mes sin poder moverme. Y todo porque debían tener prisa por terminar conmigo. Y otra vez salió mi hija por un lado y yo por otro.

Casi hacen que me arrepienta de mi decisión de querer parto natural.

Espero que mi testimonio os valga para que no se repita muchas veces esto.