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Historia de Marta. Hospital Puerta de Hierro

“Salió la cabeza y me dijo el matrón: “Ahora procura no empujar que puede salir disparada la niña”, y jadeando como una perra aguanté una contracción sin empujar, y a las 3:50 salía mi nena entera, me la colocaban encima y me la enganchaba a la teta; el subidón hormonal y la alegría que tenía en ese momento no es comparable con NADA….”


Era el segundo cumpleaños de Iria y esa mañana tenía que ir a renovar la baja a la Seguridad Social. Desde que me levanté estuve con contracciones y pensé que al final, igual me ponía de parto hasta ese mismo día. Bueno, yo quería celebrarle el cumpleaños a mi niña mayor… y al final pudimos pasar el día juntas.

El viernes estuve con contracciones también, y el sábado que celebrábamos el cumpleaños de la niña con toda la familia, teníamos la nevera llena de comida y durante todo el día yo pensaba que esa misma noche me pondría de parto. Las contracciones iban y venían durante todo el día y eran molestas… aunque yo sabía que aún eran pródromos. Le pedí a mi madre que se quedase a dormir en casa por si esa noche teníamos que ir al hospital, ella vive a 50km de aquí y el hospital tampoco está cerca… tenía miedo que después de tanto pródromo el parto se presentase de manera inminente y después de lo rápido que fue el parto de Iria, que no diese tiempo…

El domingo por la mañana, estaba como una rosa, apenas seguía teniendo contracciones, muy suaves. Mi madre se fue para casa y Ramón al gimnasio y yo pensé “por fin sola (con la niña, claro)”, y yo me puse a limpiar toda la casa, estaba que me subía por las paredes, quería ponerme de parto ya de una vez, porque esto de tener contracciones tantos días seguidos me estaba poniendo ya de los nervios… Con Iria no tuve pródromos, fue todo seguido… y ahora se me estaba haciendo eterna la espera… Limpié a fondo todooo, después de comer me puse a planchar y cuando ya no tenía nada que hacer, como estaba ya de los nervios le dije a Ramón que me iba a dar un paseo.

Antes pasé por casa de Anabel y después me fui a ver a Eva, ella me dijo que era bueno subir y bajar escaleras, y creo que, desde que salí de su casa, subí y bajé cuantas escaleras me encontré por el camino… Y yo… seguía con contracciones… irregulares aún, pero cada vez más molestas…

Llegué a casa a eso de las 19:00 y decidí bañar a Iria. A las 19:30 era demasiado pronto para darle la cena así que me puse a hacer masa para hacer faragullos (comida típica de una zona muy concreta de Lugo); es de coña, porque no los hago nunca… pero no sé por qué se me antojaban… y a medida que los estaba haciendo empezaba a sospechar que ya no los iba a comer. Llamé a mi madre para que viniese porque ahora yo creía que sí que sí… aunque notaba que aún había tiempo, estaba más tranquila si mi madre estaba por aquí. Antes de freír los faragullos, Ramón y yo nos pusimos a preparar las cosas para llevar al hospital. A las 20:00 le preparé la cena a Iria y me senté con ella en la trona para dársela. Jo, cada contracción me hacía pararme y dejar de hablar… pero aún no tenían la suficiente regularidad para pensar que pudiese estar de parto inminente, aún así, cuando llegase mi madre, lo mejor era salir para el hospital… Me daba una pena horrible dejar a Iria… me sentía fatal por ello… Pero bueno, sé que con mi madre se lo iba a pasar bien… Estaba terminando de cenar la pequeñaja cuando llegó mi madre y tomó mi relevo. Terminamos de coger las cosas, me tomé un cola-cao frío con leche condensada y salimos para el Hospital.

21:00. Cuando llegamos me vio un matrón y me dijo que estaba sólo de 2cms, que tenía el cuello blando pero aún muy atrás… que no estaba de parto. Igualmente me monitorizaron durante casi una hora y efectivamente las contracciones eran totalmente irregulares, cada 5 min., 6 min.… 10 min.… Yo estaba un poco acojonada porque doliéndome así las contracciones ya, no quería imaginarme la que me esperaba.

22:00. Me vuelve a mirar el matrón y estaba igual que cuando entré… Y me dice: ”Francamente, con el cuello que tienes, si te rompo la bolsa, te pones de parto ya mismo, pero como quieres mínima intervención y vives lejos de aquí, te ingresamos en planta, y si te pones de parto esta noche, bien, y si no, pues nada, por la mañana te vas a tu casa y tan ricamente… No obstante, la última palabra la tiene la gine, así que aunque yo hablaré con ella, querrá verte”.

23:00. Me ve la gine, y me da el OK para el ingreso en planta, me dice que cuando note que las contracciones son regulares que les avise para bajar nuevamente a las salas de dilatación/paritorios. Me dieron camisón y zapatillas y nos subieron a planta. Por cierto, el camisón me lo puse al revés, es que a mi me gustaba más así.

23:30. Entramos en la habitación y me trajeron una pelota de dilatación. Ramón fue a una máquina a por unos sándwiches y algo de beber, yo comí un poco y me di una duchita, con agua ardiendo… me venían contracciones, y se iban…. No eran regulares.

00:00. Ramón se acostó en el sofá para descansar un poco, y yo me puse los cascos, a escuchar a Albert Pla; hacía años que no lo escuchaba y me hizo gracia recordar todas sus canciones, y me puse a bailar y a cantar por la habitación… y Ramón me miraba y me dice: - ”Si entran en la habitación ahora y te ven así, nos van a dar el alta”. En cuando me daba una contracción y me reclinaba sobre Ramón para poder encajarla, cogía poquito aire y buuufff, soltaba mucho… Me tocaba la barriga y decía para mí misma, “venid YA contracciones dolorosas, VENID YA, que vosotras sois las que ayudáis a venir a mi hija al mundo”. Además estaba deseando hacer frente a un dolor que recordaba como algo realmente espantoso y que esta vez estaba dispuesta a afrontarlo sí o sí…. Y cuanto antes llegase ese dolor menos sufriría con la expectativa.

A las 00:45 ya estaba cansada de cantar y bailar y me senté en la cama articulada poniendo el respaldo totalmente recto.

00:50. Entró el matrón y me preguntó que qué tal estaba y le dije que las contracciones se habían ralentizado, que iban de 5 min. a 8 min. y con un gesto con la mano, quitándole importancia al comienzo de mi parto, dijo: “¡Bueno! Nada, relájate y descansa que mañana será otro día”. Y la verdad, por un momento pensé que no pariría ese día tampoco…Tumbé la cama nuevamente, apagué la luz, Ramón estaba ya transpuesto y decidí cambiar la música por la de Mike Olfield a ver si podía dormir un poco.

00:58. Dioooosss cómo duele esta contracción, seguro que es por estar tumbada… mierda… y encima no voy a poder descansar… bueno, a ver si se me pasa…

01:08. Joee… ésta también es puñetera…. Soy incapaz de pasar las contracciones así tumbada…. Volví a enderezar el respaldo de la cama y me puse de rodillas en la cama, apoyada contra el respaldo y con el Ipod en la mano mirando ahí la hora con cada contracción.

01:10. Otra contracción… cojo poquito aire y flux, suelto mucho…. Cojo poquito aire y flux, suelto mucho…

01:30. Todas las contracciones son regulares cada dos minutos desde la 01:08. Parece que esto sí que se anima, pero seguro que aún es pronto para bajar, así que trataré de aguantar aquí lo que pueda. Aunque me duelen considerablemente. Me entraron ganas de ir al baño y pensé también que eso era una buena señal… y después me fui a dar otra ducha para cambiar de tercio… (otra cosa no, pero ese día, iba bien duchada). Me tiré un buen rato debajo del agua, enfocando el agua ardiendo a la altura de mis ovarios, me habría tirado ahí debajo toda la noche, pero me daba palo ese consumo absurdo de agua. Ojala me hubiese traído mi mantita eléctrica, me habría venido de perlas. Salí de la ducha y por allí estaba la pelota de dilatación, hice un ademán de sentarme en ella pero al agacharme sobre ella pensé “horror, no me siento ahí ahora ni de coña….ahora NO, así duele más”.

01:50. Ramón se despertó al verme salir de la ducha y me preguntó qué tal y yo le dije que la cosa estaba animada, que tenía contracciones cada 2 min. pero tenía la sensación de que aún era demasiado pronto para ir a paritorio….. así que prefería esperar un poquito más.

02:30. Las contracciones dolían, aunque aún tolerables, pensé que ya sí podía ser el momento de ir bajando… Avisamos a las enfermeras y con un celador fuimos andando hasta los paritorios, yo me iba parando cada 2 minutos y cuando me daba una contracción me ponía a reír y mi marido y el celador me miraban y yo les decía, “si es que me río porque madre mía, cómo me he metido en éstas”… No sé cuánto de lejos estaban los paritorios, sí sé que paré 3 veces a apoyarme contra la pared de un lado y agarrada a mi marido del otro para encajar las contracciones. El celador iba con órdenes de llevarme primero a monitores, pero según me vieron llegar y las paradas que hacía, me metieron directamente en el paritorio / sala de dilatación. Me ofrecieron otra pelota… y jejeje, les dije que NO…Volví a poner la cama totalmente erguida y en esa postura me encontraba bien, de rodillas y con los brazos apoyados contra el respaldo, mirando hacia fuera. Me hicieron un tacto y me dice la enfermera que estaba de 7-8 cm. y buaaah… Me puse a llorar de la emoción… y le decía a Ramón, tú no te preocupes que lloro de alegría porque pensaba ¡que esto ya estaba realmente chupado! ¡¡Ya había llegado a los 8cm!! Buah… No podía creérmelo… y me encontraba genial… Sí, las contracciones dolían, pero era totalmente tolerable. Entre contracciones, aunque eran seguidas, hablaba con Ramón. Yo seguía con mis cascos puestos y mi música de Mike Olfield que me evadían del mundo. Me pusieron monitores, en ese hospital los tienen inalámbricos, pero no hacían falta porque mi idea era estar en la cama, al menos de momento. Al moverme con cada contracción se perdía constantemente el latido, y aunque una enfermera dijo: - “claro con el pinchito eso no pasa, pero como tú no quieres. Además, al no tener epidural ni nada, no hace falta”. Yo, ni la contesté. Ramón sí que estaba preocupado porque se perdía el latido… a mi en ese momento ya me importaba todo una mierda. Le pedí agua a Ramón, estaba secaaa.

A las 03:15 las contracciones eran cada minuto y medio más o menos y empecé a notar una bola de fuego dentro de mi, y en un momento que entró la enfermera le dije, dentro de poco voy a tener ganas de empujar… y me dijo: “Bueno, cuando te lleguen nos avisas”. Esa bola de fuego notaba cómo descendía por dentro de mí, diooos, ahora sí que el dolor era insufrible, pero no por las contracciones en sí, sino porque con cada contracción notaba cómo descendía la cabeza y ése dolor ya sí que era insoportable… Yo continuaba respirando… cogiendo poquito aire y al soltar mucho empujaba hacia abajo a mi pequeña…

Decidí por fin cambiar de postura y me senté en la cama, que la articulé de tal modo que yo tenía la postura como si estuviese sentada en una sillita de niño pequeño, (tienen sillas de parto en ese sitio, pero en ese momento no pensé que pudiera estar mejor en otro lado). Con cada contracción me agarraba colgándome con los dos brazos a la barandilla lateral derecha de la cama. De pronto noto que me sube la temperatura del cuerpo, habría jurado que al menos 5 ºC. Qué pasada, fue en cuestión de segundos, noté un calor insufrible, y ganas de vomitar, me dio una arcada… y ya digo a Ramón: “Tengo ganas de empujar, tengo ganas de empujar”. Avisó a la enfermera quien me hizo un tacto y me dijo que estaba en completa, y dijo: ”Parto vomitado, parto acabado”. De pronto tuve la sensación de que me meaba… además, habría jurado que era pis… luego resultó que no, que había sido la rotura de la bolsa, pero claro, es que tenía esa zona ya totalmente insensibilizada y lógicamente no sabía ya de qué agujero procedía qué.

3:35. Vino el matrón, la pediatra, la enfermera, el celador y otro más que ya no me acuerdo… en ese momento, la verdad es que ya me importaba una mierda todo… Recuerdo que cuando entraron se me veía una teta y la enfermera vino a subirme el camisón tapándomela y dijo algo así como que ya estaba desinhibida, y yo pensé para mi misma…”puff… qué gilipollez, me están viendo todos el coño, qué más me puede importar que se me vea media teta”…El matrón se acercó por mi derecha y hablando claro y directo (no habría entendido nada de otro modo, es como si estuvieses dormida y notas que alguien te habla… lo oyes como de lejos… ), me dice: “Marta, ¿cómo quieres ponerte para el expulsivo?”. Y yo: “No sé, no sé, como menos me duela”. Y él: “Escucha, ¿quieres ponerte de pie, de cuclillas, cómo quieres?”, y yo ya estaba empujando y alguien dijo: “Que ya saleee”, y yo me llevé una mano a la vagina para tocar a mi pequeña y de pronto es como que todo el mundo se puso nervioso… “No da tiempo, no da tiempo”, lo recuerdo como algo muy gracioso. Se ve que iban a preparar por protocolo la mesa de instrumentación y demás, y les pilló el toro y parecía una comedia de cine mudo en la que todos iban corriendo de un lado para otro tropezándose entre sí.

3:45. El matrón me dice: “Bueno Marta, muy importante, cuando te venga la contracción, al empujar, procura hacerlo de menos a más, empezando suave y empujando más”. Venía la contracción, me colgaba de la barandilla y gritaba “Aaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrrhhhhhhhhhhhh”, me salían los gritos de las entrañas. En el Hospital cuentan con óxido nitroso (Kalinox), pero la verdad es que se me había olvidado por completo… igual lo podría haber pedido aunque sólo fuese para probar).

3:48. Salió la cabeza y me dijo el matrón: “Ahora procura no empujar que puede salir disparada la niña”, y jadeando como una perra aguanté una contracción sin empujar, y a las 3:50 salía mi nena entera, me la colocaban encima y me la enganchaba a la teta; el subidón hormonal y la alegría que tenía en ese momento no es comparable con NADA…. Esperaron a que el cordón dejase de latir para realizar el pinzamiento y me comentaron que me ponían (si quería) una inyección de oxitocina por la vía que me habían puesto, para que al realizar el alumbramiento de la placenta se frenasen las hemorragias más rápidamente (o algo así)… a los 15 minutos más o menos alumbré la placenta… y les dije: “¿Me dais un gelocatil, por favor?” Je, je, a mi misma me sonó a coña, ¡pero es que estaba escocida! Y el matrón, aprovechando la vía, me dio gelocatil en vena.

Todos los reconocimientos, la vitamina K (que te dan la opción a que sea oral), lo hacen estando la nena sobre ti, la pediatra súper cariñosa con ella… Durante 90 minutos permanecimos allí y el matrón vino a hablar con nosotros y a comentarnos que él se había formado en Irlanda y que allí el parto es otro rollo totalmente distinto al de aquí. Que en ese Hospital la Jefa de Matronas es PRO parto de baja intervención y que todas las matronas que capta procura que comulguen con esa idea. Que él antes estuvo trabajando en el de Valdemoro y que solamente esos dos hospitales de Madrid defienden realmente este tipo de partos, pero claro, en el momento que una mujer pide una epidural el parto ya queda expuesto a no ser un parto de baja intervención. Que desgraciadamente el 95% de las mujeres que llegan a ese hospital piden epidural, y del resto, un 4% es porque no les ha dado tiempo a ponérsela y sólo un 1% son mujeres que tienen claro que no la quieren para nada y que a él le suelen gustar mucho ese tipo de partos porque son partos muy sencillos. La verdad es que ni un triste punto, ni un triste desgarro, habría cogido a mi niña debajo del brazo y me habría ido a dar un paseo en ése mismo momento… De hecho, yo misma me bajé de la cama andando con mi niña en brazos y me subí a otra para irnos a planta nuevamente. El celador alucinaba con lo bien que estaba, claro que si está acostumbrado a ver mujeres que según parir no pueden mover las piernas, o que están rajadas de arriba abajo, lógico que alucinase.

Yo, ahora, desde fuera, veo que es totalmente tolerable el parto sin epidural porque tienes descanso entre contracciones y durante ese periodo pequeño de tiempo te deja de doler totalmente y la contracción duele mucho, pero se pasa… y cuando realmente crees que ya no puedes más es porque ya está el cuento acabado… Tenía el recuerdo de mi primer parto como algo insoportable porque no había podido adoptar esa postura que me permitía estar más cómoda ante el dolor y porque me habían puesto oxitocina nada más romper aguas y las contracciones eran totalmente seguidas sin descanso… Quizás esta vez estaba preparada psicológicamente para enfrentarme al peor dolor de mi vida… y luego resultó que no fue para tanto…

Subimos a la habitación a eso de las 6 de la mañana y las enfermeras me trataron genial, me dijeron que como no tenía epidural que si quería comer algo, y me trajeron un sándwich mixto calentito y un zumo…. Jo, me supo a gloria bendita. Del personal puedo decir que fueron realmente TODOS encantadores conmigo, no tengo la más mínima pega… Una de las enfermeras, las de apoyo a lactancia, al ver que le daba teta a mi hija mayor de 2 años me dijo que estaban realizando un estudio acerca de las lactancias prolongadas y tomó mi teléfono para formar parte del estudio… le dije que conocía a unas cuantas mamis como yo. El apoyo a la lactancia del hospital es TOTAL… y el respeto a los niños… aún mejor si puede ser…

A las 48 horas vinieron a ponerle la vacuna de la Hepatitis B (también opcional) y el chico que vino, me dijo que me colocase a la nena a la teta para que no sufriese… Recuerdo que a mi primera hija, se la llevaban cada vez que le tenían que hacer cualquier cosita… y aquí no la separan de ti en ningún momento… PARA NADA. Para este hospital y su personal no tengo más que buenas palabras… y para el matrón que me atendió, Santi, igual, me trató de maravilla… Habría vuelto a parir al día siguiente para repetir la experiencia sin dudarlo ni un solo momento.