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Historia de L.A.C. Casa de partos en Alemania.

Pues bien, mi embarazo se desarrolló con bastante normalidad, lo único que al ser gemelar, en la seguridad social lo tratan como EMBARAZO DE RIESGO, por la posible prematuridad y demás peculiaridades que uno normal, y eso implica que tienes mas revisiones y más ecografías que en un embarazo individual. De manera que, cuando estaba de 6 meses, me dieron la baja laboral, para que hiciera una vida más tranquila y no hubiese parto prematuro. Y así yo acudía a mis revisiones, y siempre me veía un ginecólogo distinto, por lo que nadie me conocía, ni conocían mis deseos de parir vaginalmente ni toda la información que yo tenía. Me trataron con respeto, pero como a un número, como un expediente que no tiene sentimientos, ni formación, ni opinión, como si yo acudiera a ellos porque les necesitara, cuando yo acudía, porque ellos me lo mandaban, no porque yo me encontrase mal ni encontrase mal a mis hijos en mi vientre.

Entonces, cuando ya estaba de 7 mese y ellos ya empiezan a ver posibilidades de parto, en la consulta de ese día, me tocó uno de los jefes del equipo de ginecólogos que tendría unos 60 años, y me dijo que yo pariría por cesárea porque así lo decía el PROTOCOLO DEL HOSPITAL, para los casos de embarazos gemelares después de cesárea. Inmediatamente yo me puse muy triste y muy desconcertada sobre todo porque yo no sabía lo que era un protocolo (ahora ya lo sé) ni qué problemas podía tener un parto natural, habiendo respetado los 2 años de no quedarme embarazada desde la anterior cesárea como me habían indicado los ginecólogos en mi anterior parto. Le pregunté que cuales eran los motivos y me dijo que en un hospital público no pueden correr un riesgo tan grande que significa el que un útero con dos gemelos tan distendido y que tiene una herida, en los esfuerzos del parto, se puede abrir y causarte una hemorragia que te ocasione la muerte. Yo le decía que si mi herida estaba bien cicatrizada, no entendía por qué se fuese a romper y él me decía que en el hospital no podían correr ni un solo riesgo al respecto. Así pues, mi marido y yo, salimos de esa revisión un poco desconcertados, y hablándolo en casa, decidimos ponernos en manos de Dios, porque no estábamos de acuerdo en que me hicieran cesárea, porque nosotros no hemos descartado el seguir teniendo algún hijo más, pero como somos creyentes, pensamos que tal vez fuese lo mejor para nosotros no tener mas hijos. Y dicho ginecólogo dejó anotado en mi expediente en rojo CESÁREA PRESCRIPTIVA.

Total que yo a las 35 semanas y a las 36 semanas iba tranquilamente a mis revisiones y los niños estaban bien, en posición cefálica los dos, etc. Y me citaron para otra revisión a la semana 37, el día 17 de junio. Pero el día 16 de junio a las dos de la madrugada yo ya empecé con contracciones de parto y a las cuatro que ya me dolían bastante, mi marido y yo nos marchamos al hospital. Y "casualmente" (en mi opinión nada pasa en esta vida por casualidad) ese día había huelga de análisis de sangre, por lo cual, al mandar mis análisis al laboratorio tardaron muchísimo todo ese tiempo fue una gran ventaja para que no lograran hacerme cesárea. Nos atendió un matrón encantador, que nada más revisarme vio que estaba de parto, y al ver la cesárea prescriptiva mando los análisis y me llevó a dilatación mientras esperaba. Luego ya vino la GINECÓLOGA FANTÁSTICA LLOVIDA DEL CIELO (no queréis que dé nombres) que al ver la nota de cesárea prescriptiva, me preguntó por qué me habían anotado aquello y yo le dije que me había dicho que mi útero se podía abrir y morirme por hemorragia, y ella se quedó pensativa y meditabunda, como que aquello no le cuadraba mucho. Mientras tanto yo seguía con mis contracciones y dilatando con mi marido ayudándome a paliar mis dolorcillos, y como aquellos análisis nunca llegaban, yo me puse de parto y llamaron a la ginecóloga y ella me dijo, mire, no han llegado los análisis, PERO ESTE PARTO VA FENOMENAL, están los dos colocados y esto parece que viene muy bien, si usted quiere, intentamos vaginal. ¿¿¿¿Que si quiero, le dije yo???? ¡¡¡¡Lo estoy deseando, es lo que he deseado desde el principio!!!!! Pero mi marido, que no quiere perderme, le dijo ¿¿¿pero y lo del riesgo del útero???? y ella dijo, hombre NO HAY TANTO RIESGO. Cosa que me enseñó, que siempre tomemos la opinión de varios profesionales antes de asustarnos con algo que nos diga uno. Y yo dije, adelante.

Pero me llevaron a parir al quirófano en vez de al paritorio, porque la ginecóloga a pesar de ser un fenómeno, tomó sus precauciones frente al hospital, ya que si la cosa se ponía fea, me hubiese hecho una cesárea. Pero lo único es que me puso oxitocina, porque creo que ella quería atender el parto, y como mi parto era lentito (cosa que me hubiese encantado que respetasen) y ella se tenía que marchar, me lo forzó con la oxitocina, pero como digo yo, prefiero eso a la cesárea. La ginecóloga se quedó muy sorprendida de que yo fuese la que no quería cesárea, porque hoy en día, no nos engañemos, las que vamos pidiendo la cesárea somos las parturientas, no las ginecólogas y ginecólogos.......... Tengo que decir, que no parí cómodamente, porque me acostaron en una cama para dilatar como es costumbre y monitorizada, por lo cual no pude pasear ni moverme apenas y estaba bastante incómoda, y como tuve que parir en el quirófano (por lo que mi marido no pudo entrar conmigo) eso si que FUE LO PEOR, porque me subieron las piernas en los hierros esos y estaban tan altas mis piernas, que estaba inclinada hacia mi cabeza, es decir, que la poca ayuda de la gravedad no contaba ni con ella. Pero mi mellizo Pedro, que es muy fuerte, ya asomaba su cabecita por mi vagina, y la ginecóloga me hizo una pequeña episiotomía que yo creo que tampoco hubiese sido necesaria, y metió un poco su dedo y enseguida salió mi primer mellizo a éste mundo, y luego me preguntó, ¿¿¿tienes más contracciones??? y yo dije sí, tuve una más, y como si fuese un cohete, salió mi segundo mellizo Juan con un efecto de succión provocado al salir el otro mellizo a tan solo 3 minutos de diferencia........... Durante el parto, me trataron regular los enfermeros, porque no querían respetar el moverme aprovechando la bajada de la contracción, pero yo lo pedía insistentemente, les decía, esperen un momento por favor, cuando pase la contracción me mueven, y no querían hacerme caso, pero la GINECÓLOGA les dijo, déjenla, que es muy valiente, porque ella vio en mí el deseo que yo tenía de parir vaginalmente y que no iba allí a que me sacasen mis mellizos, sino a que entre todos, hiciésemos posible que llegasen a este mundo (para mí maravilloso). Pude besar a mi primer mellizo cuando me lo sacaron, pero al segundo no pude, porque se lo llevaron inmediatamente a darle un poco de reanimación, porque le había faltado un poco de oxígeno, por ser el que salió a toda mecha por el efecto succión. Luego alumbré mis dos placentas, también una detrás de otra como dos minipartitos, sin esfuerzo ninguno.

Y luego tuve que sufrir los puntos de mi episiotomía, sin apenas anestesia porque los noté todos, pero yo ya estaba tan contenta de mi parto, que sinceramente me daba igual lo que me hicieran. Luego me estrujaron la barriga para escurrir mi útero y no pude ver a mis mellizos hasta las tres de la tarde, que era la hora en que te dejaban entrar a neonatos, porque a pesar de que el primero estaba fenomenal, como al segundo le tuvieron que meter un poco a mesa de calor, por solidaridad metieron a los dos, cosa que yo veo fatal, porque me podían haber dado al sano, para que me fuese llamando la leche en mi pechito, y el otro cuando le hubiesen hecho los controles necesarios, lo hubiesen sacado. Pues no, metieron a los dos en neonatos, y los tuvieron 24 horas allí, y tan solo me dejaban ir cada 3 horas a darles de comer.

Yo fui rigurosamente y me los ponía al pecho, pero QUE FUERTE que a mí me dejaban el mismo tiempo con dos niños que alimentar, que a las otras madres que tenían que alimentar sólo a uno, y como no me daba tiempo bien, una enfermera se empeñó en que mientras yo daba el pecho a uno, ella le daba el biberón al otro, y yo le dije que no, que me dieran mi tiempo doble y alimentaría a los dos con mi pecho, y ella me dijo, que no se por qué me empeñaba en darles el pecho, si en casa no iba luego a poder hacerlo, porque no iba a tener leche para los dos. A mí me impresionó que una ENFERMERA no conociese el mecanismo de producción de la leche. Yo le dije ¿por qué no voy a poder dar a los dos, si la leche se produce en función de la que gastas???? y ella me miró como si estuviese loca y me dejó en paz. Luego no hacían el peso que querían que hiciese, y me querían obligar a darles biberón de nuevo, y yo les dije, que no habían perdido más del 10 % de su peso, por lo que yo confiaba en mi pecho. Lo de darles el pecho a unos mellizos si que es una batalla, porque todo el mundo piensa que no vas a tener bastante leche para los dos y que los tienes mal alimentados. Encima coincide que los mellizos siempre van más pequeños, primero porque ya nacen repartiendo las cosas para dos, y luego además los míos genéticamente no son de ser gordos ni grandes, y ya tenía a toda la familia en mi contra y a algunos pediatras, diciendo que estaban desnutridos. En fin, con la fuerza de Dios, TODO ES POSIBLE. Sin cabreos ni agresividad, poquito a poco, el mes que viene mis mellizos cumplirán 4 años.

Nota: Mis mellizos pesaron al nacer 2,700 gr. Pedro y 2,400 gr. Juan, pero al salir del Hospital en tan sólo 48 horas que estuve allí, perdieron 200 gramos cada uno. Decir a las madres que no se alarmen por la pérdida de peso inicial, que tengan claro lo de que ese exceso siempre que no supere el 10 % del peso inicial no indica peligro, porque en cuanto empiezan a perder te alarman de que les des biberón rápidamente, pero yo le dije los datos a la enfermera y se quedó perpleja de la buena información que tenía, y pude darles el pecho a mis mellizos hasta los dos años.