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El nacimiento de Nagore, 2PVDC2 en el Hospital Santa Caterina de SALT, Girona

Hace casi 2 años compartí con vosotras el nacimiento de mi hija Naroa en un PVD2C largo, duro, intenso, luchado, ansiado, en fin, ya conocéis la historia, ahora comparto con vosotras el nacimiento de mi cuarta hija en mi 2pvd2c, espero que ayude a muchas mamis a que sigan luchando, confiando en sus cuerpos y vayamos logrando recuperar lo que siempre debía ser nuestro, nuestros partos.
Besos
Noemi


Martes 22 de septiembre del 2009.

Um!!!!!!!!!!!! Esto empieza a moverse, prácticamente acabamos de llegar a casa desde Gerona, hoy teníamos médico, dilatada 1 dedo, todavía hay cuello y la cabeza de la peque insinuada.

Desde el sábado que salimos a cenar los dos solitos empecé con contracciones por la noche lo suficientemente molestas para despertarme, estoy sacando el tapón mucoso, se acerca el día, aunque las contracciones se van por la mañana.

Desde las 11 de la noche empiezan a ser más seguidas, cada 15 minutos más o menos.

Todos duermen en casa.

A las 2.30 me meto en la bañera con agua caliente con la idea clara de que se pararían las contracciones, son cada 10 minutos, no se paran, continúan igual. Cada 15, 12 o 10 minutos, no son rítmicas pero molestan.

Supongo que estamos en preparto, así que a relajarme y seguir.

No sé en qué momento me da un ataque de pánico, a estas alturas no sé porqué entro en crisis y a las 4 de la mañana decidimos irnos para Gerona, me siento más tranquila sabiendo que estaré allí, no sé qué me ha pasado, ha sido como una crisis de ansiedad, la distancia, el trayecto, no sé, pero bueno, ya se me ha pasado.

Pues eso a las 4 decidimos irnos, la cosa ha empezado, va despacio pero son casi 3 horas de coche, así que nos vamos, recogemos algunas cosas, llamamos para que vengan a quedarse con las nenas que afortunadamente siguen durmiendo, me visto y salimos, son casi las 5 de la mañana.

7 de la mañana del día 23 de septiembre.

Llegamos al hospital, el viaje lo he hecho bastante bien en los asientos de atrás, creía que el viaje se me haría más duro, he conseguido aislarme, mi marido controla el tiempo, cuando llegamos le dice que son cada 6 minutos y duran más de un minuto. Molestan bastante pero creo que lo controlo bien.

Nos reciben bien y primera sorpresa, la comadrona de guardia es una amiga que se alegra de vernos y nosotros nos alegramos de verla a ella.

Me mira y 2 dedos, aun queda mucho camino por recorrer, podría haber seguido en casa pero con tanta distancia nos quedamos.

Monitores y NAGORE está genial, las contracciones se espacian, me siento más tranquila y relajada, estar en el lugar elegido para parir me hace sentir bien.

Nos vamos a la habitación, paseamos, las contracciones van y vienen, las llevo bien, por el momento, supongo que el parto será largo de nuevo, pero bueno, la nena está bien y es lo más importante.

De repente las contracciones se espacian en tiempo pero aumentan y mucho en intensidad y duración.

La bolsa sigue intacta.

Son las 3 de la tarde, vamos a parto para valoración y monitores, yo por el pasillo pensando “ahora me dirán que estoy de 3 y ufff cuánto queda, los primeros 5 son los más lentos” pero no es así. Me mira Eva otra comadrona genial que además me asistió en el parto de Naroa, me siento como en casa. Estoy de 5 centímetros, todo va genial, sola, con mi marido apoyándome, como siempre, sentada en la pelota hemos hecho mucho camino y seguimos en ello, con energía renovada, con la ilusión de verle pronto la carita a nuestra bebé.

La niña está perfecta, aguanta como una campeona todas las contracciones, dentro de la bolsa que sigue intacta me la imagino dejándose llevar por los movimientos, acompañándonos la una a la otra en este maravilloso camino sin retorno, el camino de su nacimiento, tranquilamente, sin prisas; con papá a la expectativa, acompañándome en las contracciones, hablándome cuando hace falta y aguantándome cuando es preciso, como siempre es mi amuleto, lo necesito a mi lado.

Nagore está en transversa izquierda hay que seguir en la pelota haciendo movimientos a ver si acaba de bajar y se gira.

No hay forma, finalmente la comadrona me recomienda romper la bolsa para ayudarla a acabar de bajar y girarse, me lo explica todo muy bien, no es una imposición, es una recomendación desde el respeto, bien explicado y a mi modo de ver justificado; además me coloco en una posturita complicada, jaja, acostada de lado con una pierna en alto para que la peque acabe de girarse.

Aceptamos romper la bolsa y las aguas son transparentes.

Acostada de lado con un pie en alto sé que no voy a poder con las contracciones, ya es difícil llevarlas acostada, así que me pongo la epi, son las 5 de la tarde; ufff que descanso cuando la anestesia hace efecto, siento las contracciones pero no duelen, molestan.

Sorpresa la niña ya está colocada y dispuesta para salir.

Me coloco en mejor posición, son las 6, empiezo a empujar acompañada de las contracciones, sé que el momento final está cerca, siento a mi pequeñina como quiere salir a la luz, al calor de los brazos que la esperan, en la habitación hay una luz tenue, tranquilidad.

Ya se le ve la cabeza, tiene mucho pelo negro, otro empujón, descanso y un empujón más con otra contracción, ya corona la cabecita, ufffff que poco falta, que emoción, casi sin empujar, suavemente va saliendo la cabecita morena de mi bebé; papá la está esperando con la comadrona, le miran el cuellito, no hay cordón, otro empujón y sale el hombrito, le sacan un bracito y papa la coge por debajo de los brazos, empujo y a papá se le escurre como un “pescaito”, jaja, la comadrona lo ayuda, ya está fuera del todo, me la ponen o mejor dicho yo misma me la pongo encima, mientras salían los pies ya la estaba cogiendo, qué pequeña es, qué arrugadita está, qué bonita, qué olorrrrrr, de nuevo me he enamorado son las 6.10 de la tarde; papá está sonriendo feliz enamorándose también .

Ya está en la teta y nosotros nos miramos enamorándonos una vez mas de nosotros, de nuestras hijas, de la vida….

Papá le corta el cordón y la comadrona espera pacientemente que salga la placenta.

No hay nada más que hacer, ni un rasguño.

Nagore vino al mundo en un hospital respetuoso, con la madre, con los niños, con los nacimientos, conscientes que es un proceso natural, vino al mundo con tranquilidad y respeto y así fue tratada los 3 días que estuvimos allí. Peso 3.120 gramos y 51 cm. de hermosura morenita y tranquila.

En mi historia como mamá he tenido una cesárea de urgencia, con algo de proceso de parto pues llegue con 5 cm. y mi hija fue una bebé bastante tranquila, aunque también es una niña muy nerviosa, independiente y sociable; tuve una cesárea programada sin proceso de parto y mi hija nació llorando y se paso casi el primer año de vida llorando, es una niña inquieta y nerviosa, con un carácter difícil, demandante y muy cariñosa. He tenido un parto vaginal respetadísimo, mi hija nació tranquila apenas ha llorado, es una niña tranquila, dulce y cariñosa, inquieta por la edad. Y mi último parto vaginal casi natural , mi bebé nació despacio sin prisas, y es un bebé tranquilo, que por el momento sólo come y duerme, en el hospital no la oyeron llorar.

Después de mis experiencias creo firmemente que la forma de venir al mundo influye en el carácter , podrá hacerlo mas o menos, suplirse más o menos con el contacto con el bebé, pero estoy convencida de ello.

Desde aquí quiero expresar nuevamente mi agradecimiento al equipo del Santa Caterina en Salt, Girona, por demostrar una y otra vez que otra forma de hacer las cosas es posible, estaré eternamente agradecida por darnos la oportunidad a mí y a mi familia de reencontrarnos con la maternidad.

Y desde aquí también quiero animar a todas las mamis a que luchen, el parto es nuestro y poco a poco lo recuperaremos del todo, ese es el mejor legado que podemos dejar a nuestros hijos.