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El nacimiento de Bruno

Llegando a mi semana 40 de embarazo apenas había sentido contracciones aún, intentaba mantenerme tranquila, pero oyendo a mi alrededor tantos casos de partos provocados a partir de la fecha probable de parto cuanto más se acercaba el día sin señales comenzaba a inquietarme un poco.

Justo el día anterior a mi FPP, me había pasado todo el día yendo al baño, y yo soy bastante estreñida, así que ya me parecía que algo raro pasaba. Sobre las 7pm comencé a sentir malestar en la zona abdominal, como un dolor de regla que se iba intensificando y poco después comencé a identificar las contracciones. Mi pareja había salido y la llamé para que volviera para estar más tranquila si las contracciones seguían. Al poco rato llegó y yo ya tenía contracciones cada 5 minutos, estaba sentada sobre la pelota de pilates y se sobrellevaban aunque tenía que concentrarme en la respiración para no poner los músculos en tensión y poder soportar mejor el dolor (que en ese momento a mi me parecía bastante intenso).

Tras tres horas con contracciones cada 5 minutos que duraban 40-50 segundos (vamos, inicio de parto como lo describen en los libros) fuimos a la residencia. Allí tras una exploración inicial me dijeron que aún no había dilatado nada aunque si que tenía el cuello del útero modificado. Yo no daba crédito, pero si llevo 3 horas con contracciones!

Me mandaron a hacer un PT en el que estuve una hora tumbada sufriendo las mismas contracciones cada 5 minutos (que queaban reflejadas en el aparato). Como desde la hora de comer no había comido nada (con el malestar se me fue el hambre) me dieron un zumo para que el bebé se moviera. Al terminar el PT me vio la ginecóloga y me dijo que esas aún no eran contracciones de parto, que tenían que ser más regulares en intensidad (os huro que a mi me dolían todas igual) y que solo había dilatado 2 cms así que me mandaban para casa. Que podía estar así con esas contracciones durante días (ahora no daba crédito otra vez, de verdad que las contracciones me impedían incluso hablar!). Al salir de la consulta vomité el zumo con una de las contracciones :(

Nos fuimos de la residencia pero de camino a casa le dije a mi pareja que volvíamos, que yo estaba de parto y que ibamos a esperar un poco en el aparcamiento de la residencia a ver como se desencadenaban las cosas. Así que allí en el aparcamiento estuvimos media hora, yo con mis contracciones que subían en frecuencia e intensidad y mi pareja cronometrándome. Después de media hora estaba teniendo contracciones de 1 minuto y dos minutos de descanso entre medias y decidimos volver a urgencias. Los 200 metros que separaban el coche de la puerta del hospital fueron terribles, cada contracción tenía que pararme y apoyarme en mi pareja y me hacía doblarme sobre mi misma.

Cuando me exploraron por segunda vez eran las 2 am y había dilatado 4 cms así que me dejaron ingresada. En las habitaciones de dilatación no había ducha (un chorro de agua caliente me hubiera venido genial!) pero sí que me dejaron una pelota de pilates que fue mi salvación, durante las contracciones me ponía de cuclillas y se sobrellevaban y luego los dos minutos "de descanso" me quedaba literalmente dormida hasta que llegaba la siguiente contracción. Estaba extenuada y eso que casi me acababa de poner de parto! Me pusieron monitorización continua pero no mermó mucho mi libertad de movimientos porque los cables eran bastante largos. Solo necesitaba quitarmelos para ir al baño.

Ahí en la sala de dilatación perdí la noción del tiempo, si me hubieran dicho que estuve 4 horas lo hubiese creído, e igual si me dicen que estuve 12. La matrona y la auxiliar entraban cada cierto tiempo para ver si todo iba bien, y me ofrecieron epidural. Yo quería un parto normal, lo menos intervenido posible así que pregunté si el dolor se iba a intensificar aún, me dijeron que igual la frecuencia de las contracciones aumentaba pero no la intensidad del dolor así que rechacé la anestesia. Un rato después (minutos, horas?) la matrona me hizo un tacto vaginal y me dijo que ya había dilatado mucho aunque la bolsa del líquido amniótico seguía intacta y que si sentía necesidad de empujar que lo hiciera. Y después de un par de pujos en la sala de dilatación me ofreció terminar allí el parto o pasar al paritorio. En principio la sala de dilatación es más íntima, no es un quirófano como el paritorio, pero la cama era muy simple y no había donde agarrarse para empujar. En el paritorio me dijeron que sobre el potro había un arco metálico que me permitiría hacer los pujos semisentada, así que allí fuimos. Y empecé a empujar, con cada contracción empujaba dos o tres veces. Notaba la cabecita de Bruno pero lo notaba como algo enorme, parecía imposible que solo empujando pudiese sacarla yo sola. La matrona, la auxiliar y mi pareja no dejaban de animarme y decirme que ya casi estaba hecho, fueron el mejor apoyo. En uno de los pujos se rompió la bolsa y el líquido amniótico estaba un poco teñido, en otro conseguí que la cabecita estuviese casi fuera, le veía el pelo!! Y en el siguiente pujo salió nuestro bebé. Inmediatamente lo cogió la pediatra para ver si estaba bien (por lo del líquido teñido) pero enseguida lo pusieron sobre mi, tan pequeñito pero tan entero. Una sensación maravillosa. Tuve un pequeño desgarro en la pared vaginal y mientras me cosían me dio por mirar la hora, 5 am!! Solo habían pasado tres horas desde que ingresamos.

En resumen sobre mi parto, me sorprendió positivamente que la matrona que me atendió se hubiera leído mi plan de parto, me sentí respetada y apoyada en todo momento. Yo había oído muy malas experiencias en la residencia Cantabria e iba un poco "en pie de guerra", pero mi experiencia fue buenísima.
En los dos días siguientes hasta que nos dieron el alta todo el personal (de la planta cuarta, maternidad) fue muy agradable y me ayudaron mucho a comenzar con la lactancia. Después estuve de nuevo ingresada en la planta cuarta por una mastitis y me reitero, solo tengo palabras de agradecimiento para ellos."