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CD2PV (cesárea después de dos partos vaginales)

CD2PV (cesarea despues de dos partos vaginales)

Al quedarnos embarazados de nuestro tercer hijo, nos embargó la misma sensacion de vértigo, emoción, amor, miedos que con nuestros anteriores hijos. Esta vez nos había cogido un poco por sorpresa, pero nunca habíamos descartado tener tres hijos. Me hice el seguimiento por la seguridad social y por lo privado y no había queja, nuestro bebé y yo estábamos perfectamente sanos. Yo soñaba con repetir el parto de mi segunda hija, sin medicaciones, sin intervenciones, natural, pues la sensación de poder parir así a mi hija ha sido de las experiencias más bonitas que he podido tener (ese relato lo dejo para más adelante). En una de las revisiones que me hice en privado, me dijeron que la niña estaba de nalgas, aunque no tenía porque preocuparme porque había mucho margen hasta la fecha de parto. Ahí comenzó mi periplo, dejé de disfrutar de mi embarazo, y probé todas las maneras que me recomendaron para que mi hija se girara, posturas, ejercicios, natación, moxibustión, no había manera. Ya en la seguridad social, en la semana 34, la niña seguía de nalgas, me dijeron que se indicaba cesarea. Yo les hablé de la posibilidad de parto vaginal, y siempre me decían que dependia del Personal médico que me tocara cuando estuviera de parto, como una loteria que cada día veía mas claro que no me iba a tocar. En la semana 37 me realizaron la VCE, luego me enteré que había otro gine más experimentado para hacerla que el personal que me atendió, pero por mis dos partos anteriores, y el tamaño de la pequeña, mi pronóstico era tan bueno... Allí se congregaron muchos sanitarios para ver la maniobra, pues no se realiza con demasiada frecuencia. Lo que parecía facil se convirtio en imposible, y tras tres intentos eternos, y al borde del desmayo, se dio por fallida. Salí de allí dolorida y desolada, con ganas de llorar, me sentia una tonta por haber pasado tanto sufrimiento para nada. Nunca quise programarme una cesarea pues queria que ella decidiera salir, y así fue. En la semana 38+4 rompí la bolsa, ese mismo dia, había hablado con ginecólogas del hospital que me "permitian" ver como se desarrollaria el parto y si podia ser vaginal, antes que meterme para cesarea. Cuando llegué al Hospital, y después de una eco y un tacto, me dijeron que la presentación del bebé era alta y que se quedarían más tranquilos con una cesarea (había sabido que había muchos gines sin experiencia en este tipo de partos), pero que yo tenia el consentimiento de parto de nalgas. Evidentemente no me quise arriesgar y fui a cesarea, con lágrimas, muerta de miedo, no me podia creer que tras el parto natural de mi segunda hija, me pasara esto. Mi marido no estuvo presente y vi a mi hija unos segundos hasta que después de 3 horas subí a la habitacion. Gracias a dios pudimos establecer la lactancia(aunque las grietas y el dolor hicieron su estelar aparición). Quiero decir que no me sentí apoyada como hubiera querido por el personal sanitario, pues se tachaba de locura que quisiera un parto vaginal, estando la niña de nalgas, con lo poco que "cuesta hoy en día una cesarea", la gente se extrañó de que no me la programaran, como si mi hija no tuviera derecho a decidir el día que estaba preparada. Al menos, pudo tener eso, tengo ese consuelo. Tengo que decir que por razones geográficas que imposibilitan que mi parto fuera en otro Hospital. Agradecida a todas las personas que se han detenido un momento a leer nuestro relato y a El Parto es Nuestro por compartirlo.