Lucy Lo Cascio
Me llamo Lucy. Vivo en Tenerife (Islas Canarias) y soy madre de un hijo que vuela y dos que corren. Desde el 2005 he realizado traducciones para la Asociación El Parto es Nuestro. Ahora mismo soy la responsable del Grupo Local de Tenerife (tenerife@elpartoesnuestro.es). Durante unos años fui la responsable de la Sección Siempre en el Corazón que homenajea a nuestros bebés-estrellas que fallecieron antes, durante o después del nacimiento.
Mi primer hijo falleció pocas horas después de nacer en un parto hospitalario. Fue un parto inducido, muy traumático por la forma en que fui tratada tanto física como psíquicamente. Caí en una depresión y necesitaba encontrar respuestas a todo lo ocurrido. Los miembros de El Parto es Nuestro me tendieron la mano y me dedicaron su tiempo y conocimientos. Descubrí lo siguiente: durante mi parto se realizaron muchas prácticas que según cómo se hagan pueden resultar perjudiciales y efectivamente así fue para mi hijo que no pudo superar el sufrimiento fetal agudo ni la anoxia intraparto ni la sepsis. Para colmo unos años más tarde supe que otra parturienta con el nombre muy parecido al mío (prácticamente idéntico) fue sometida a una cesárea de urgencia mientras yo estaba con fiebre intraparto. Ella asegura que no había motivo para su cesárea. Yo nunca sabré si esa cesárea -que estoy convencida era para mí- hubiera salvado la vida de mi hijo sin que le quedase secuelas y es normal tener mis dudas puesto que considero que durante esa inducción hubo mala praxis (me empezaron la inducción un miércoles, después me pincharon algo -sin consentimiento informado- para frenarlo y el jueves pretendían re-iniciar la inducción ya a saco con la oxitocina; para después dejarme pasar por dos episodios de fiebre intraparto y el viernes cuando ya se acababa el turno proceden con poca eficacia a extraer con fórceps a mi hijo moribundo haciéndole daño en el cráneo -según la autopsia- y daño a mí). Después del parto fue terrible la atención o mejor dicho desidia que sufrimos por parte de los profesionales y el sistema. Al día siguiente ya me estaban mandando a casa con unas secuelas físicas que aún tengo. En fin, es imposible de describir en pocas palabras.
Tras muchos mensajes de apoyo e información valiosa, logré recuperar confianza en la naturaleza del embarazo y parto; y descubrí que se podía ser mamá sin sufrir, que existía un parto digno sin poner en peligro la vida de nadie. Y lo pude comprobar en mis propias carnes dos veces después. A través de la Asociación conocí a Jesús Sanz, una bellísima persona que luego asistió unos 17 meses más tarde el nacimiento de mi segundo hijo en casa. Unos años después parí de nuevo en casa esta vez acompañada por otra socia, una maravillosa matrona y doula: Imma Sàrries.
Hace años yo decía que había tres hombres apoyándome. Ahora, además, está mi hija por la que voy a luchar sin descanso. El día de mañana mis hijos vivirán su maternidad-paternidad en el modo más óptimo: un embarazo sano e informado; un parto informado y respetado; y un puerperio gozoso y respetado.
Nuestra foto de familia NUNCA JAMÁS estará completa porque falta Santo con el que solo pudimos vivir nueve meses (intraútero) irrepetibles de alegría e ilusión; pero quien nos conoce sabe que su espíritu está presente en todo lo que hacemos. Santo se merecía un nacimiento digno, merecía vivir.
Ojalá que la muerte de Santo no haya sido en vano, ... eso me dije desde el primer momento, ojalá que su muerte sirva para que ningún bebé sufra para nacer y que ninguna mamá sufra por culpa de una pésima -en realidad inexistente- atención posparto en el que no se ayuda al duelo sino que encima se provocan procesos patológicos.
Lucy & Santo (DEP 25/02/05)
El parto es un momento único en tu vida: infórmate y decide cómo quieres que sea.