Angela E. Müller
Equipo estadísticas/ Information auf Deutsch
Profesión/ocupación:
Arquitecta
Me llamo Angela Müller, tengo 38 años y soy austriaca. Llevo desde el año 2002 en España y soy madre de dos niños y una niña. Trabajo como arquitecta, con un máster en arquitectura, organización y gestión de infraestructuras hospitalarias.
De mis partos no me puedo quejar, lo he tenido casi todo. Primero la cesárea- un atropello frontal en una clínica privada con el ingreso de mi primer hijo durante 10 interminables días y noches, luego un aborto espontáneo en el que me libré de un legrado por los pelos. Después vino el deseado PVDC (Parto vaginal después de cesárea) mientras hacía turismo obstétrico en mi país natal, ya que en España no veíamos la posibilidad de evitar una segunda cesárea en este momento. Por desgracia fue un parto instrumental y hubo daños colaterales a las que no presté mucha atención en la primera euforia, pero luego me afectaron bastante. ¡Qué difícil es salir ilesa del hospital!
Llegué a El Parto es Nuestro tras la primera cesárea, de la que tardé mucho tiempo en recuperarme, pero que a la vez me enseñó tantas cosas y que me hizo abrir los ojos. Entrar en contacto con las mujeres y los hombres de esta asociación fue como llegar a casa, y leer sus mensajes en el foro interno me cambió todos los esquemas. En mi primera asamblea me quedé impresionada de la diversidad de este colectivo de socias y socios, de las historias de cada una, pero especialmente de lo mucho que teníamos en común y de la cantitad de logros que se pueden conseguir de forma unida.
Fue el comienzo de un gran proceso de aprendizaje: ¡llevo tantos años desaprendiendo!
Cuando me volví a quedar embarazada me juré que esta vez no me iban a pillar.
Me negué a "un inocente tacto" en la semana 37. Me negué también a una inducción en la semana 38 cuando el ginecólogo de turno me la justificó diciendo: "...¿para qué esperar más?". Nuestra hija pequeña nació en un precioso parto espontáneo y normal, sin manipulaciones, sin fármacos, sin posturas forzadas ni pujos dirigidos, sin tactos, sin episiotomía y sin separación tras el nacimiento. Mi hija nació a los brazos de su padre, con los ojos bien abiertos y tranquila. En ese momento mágico pensé que todos los bebés se merecían nacer así, respetando sus ritmos y sin manipulaciones innecesarias. Y hubo algo sorprendente: sentí este gran grupo de mujeres de apoyo, y les agradecí en silencio todo lo que aprendí de ellas durante estos años. Y como bien dicen en el anuncio de una tarjeta de crédito: "Hay cosas que no tienen precio!" Fue un parto que guardaré en un rincón muy especial de mi corazón para siempre.
Trabajo para esta asociación para que nuestras hijas no tendrán que pasar por lo que hemos pasado nosotras, y para que nuestros hijos podrán ver a sus hijos nacer con respeto y con intimidad.
- Für deutschsprachige Frauen stehe ich gerne zur Verfügung! Bitten kontaktieren Sie mich in der Option 'Contacto' oben.
¡El Parto es Nuestro!
Madrid, noviembre 2019