Litotomía

¿Por qué nos tumban para parir?

La sociedad en general ha asumido la idea de que las mujeres de parto, no han de moverse y deben estar tumbadas boca arriba para parir. En realidad, no sólo podemos movernos cuando estamos de parto, si no que debemos hacerlo. ¿Por qué entonces nos inmovilizan y nos obligan a parir de esta forma? Por dos motivos: porque en movimiento se dificulta la monitorización continua de la frecuencia cardiaca del bebé y porque es más trabajoso atender a las mujeres si éstas deambulan, que si están todas quietas. Sin embargo la evidencia científica, dice que: “la utilización del monitor fetal en partos de bajo riesgo, es en si mismo, un factor medicalizador del parto, ya que aumenta las intervenciones sin mejorar resultados”, por lo que la OMS recomienda utilizar procedimientos mas sencillos y menos invasivos cuando son suficientes, de manera que la monitorización no debería ser excusa para inmovilizar a las mujeres. La monitorización puede ser intermitente y en los casos en que debiera ser continua, debería poder realizarse mediante dispositivos inalámbricos, que no comprometan la libertad de movimiento de la parturienta. Para saber más sobre la monitorización pincha aquí.

Inconvenientes de la postura horizontal

La posición de litotomía es, sin duda, la peor posición para un parto normal. Colocar a la parturienta de esta manera puede complicar el parto. Por esa razón, diferentes organizaciones internacionales y nacionales promueven que la mujer pueda parir en la posición que desee y que pueda moverse libremente durante el parto. Estos son los inconvenientes de la postura en litotomía:

  • Dificulta la salida del bebé

Cuando nace, el bebé atraviesa la pelvis de la madre, que adopta una forma de cilindro curvado hacia arriba. En posición tumbada, el trayecto que tiene que recorrer el bebé es más largo y en contra de la fuerza de la gravedad. En posición vertical, a cuatro patas o en cuclillas, el canal se acorta y los huesos de la pelvis- cuyas articulaciones están más flexibles por las hormonas del embarazo- se abren un poco más.

En la postura “tradicional”, los sanitarios tienden a separar las rodillas de las mujeres y pedirles que empujen dirigiendo la barbilla hacia la pelvis, no obstante hoy se sabe que de esta forma se cierran más los espacios.

Para comprobarlo, siéntate en una silla y coloca tus manos debajo de tu trasero. Notarás dos prominencias óseas; son los isquiones. Si en esta posición separas bien las rodillas, notarás como se juntan, cerrando el espacio que hay entre ellos. Pero si juntas las rodillas, notarás como esas prominencias se separan.

Haz otra prueba. Ponte de pié, coloca una mano al final de tu espalda, entre las nalgas (tocarás el hueso sacro), y otra mano en tu cuello. Si inclinas la cabeza hacia delante, pegando la barbilla al pecho, notarás como el sacro se dobla hacia delante. En cambio, si echas la cabeza hacia atrás, llevando la barbilla al techo, el sacro se desplaza hacia atrás.

  • Mayor riesgo de sufrimiento fetal

En posición horizontal, el útero reposa sobre los vasos sanguíneos que suministran al bebé sangre oxigenada, que quedan comprimidos por el peso, y más aún durante las contracciones, por ello el riesgo de sufrimiento fetal aumenta considerablemente. Un factor añadido es la epidural, que suele bajar la tensión arterial y reducir el aporte de oxígeno al bebé. De ahí que sea tan frecuente la aparición de episodios de sufrimiento fetal en partos en litotomía y con uso de anestesia, y que finalmente terminan siendo instrumentales o por cesárea.

  • Incremento de episiotomías y daños en el periné

Las posturas libres en el parto, todas sin excepción, tienen asociado un menor índice de episiotomías en comparación con la posición de litotomía. Esta circunstancia no se debe a la posición en si misma, sino al factor humano. Cuando una mujer se mueve con libertad, el profesional que la atiende tiene menos propensión a realizar episiotomías, bien por la actitud con la que atiende el parto, bien porque es más dificultoso realizarlas en estas condiciones.

En cuanto a los desgarros, si hay posiciones que protegen mucho mas al periné que otras. Las estadísticas confirman que la posición que mayor tasa de perinés intactos presenta es la posición de SIMS o decúbito lateral (tumbada de lado), seguida muy de cerca por la posición a cuatro patas. Las posiciones verticales, ya sean de cuclillas o en la silla de partos, si bien facilitan el descenso (hacen que sea más rápido), y quizás por esta misma razón, tienen una mayor tasa de desgarros asociados en comparación con las posiciones laterales o a gatas.

  • Aumento de la incomodidad y del dolor, y por tanto de la necesidad y uso de la epidural

Una mujer con libertad de movimiento, buscará su comodidad y elegirá siempre la mejor posición: aquella en la que sentirá menos dolor y en la que más fácilmente se va a encajar y va a nacer el bebé. Difícilmente escogerá colocarse boca arriba, con las piernas en alto y colgando, pues esta es la peor postura para el desarrollo del parto.

La inmovilización aumenta la incomodidad y el dolor y lleva a las mujeres a solicitar medios analgésicos. La anestesia epidural es un recurso inestimable para aliviar el dolor, pero no está exenta de riesgos.

Más información:

Tumbada no. Blog El Parto es Nuestro, 11 de diciembre 2011.

"Posiciones especiales para partos especiales". Revista "El Mundo de Tu Bebé", nº 217.