La instauración de la lactancia materna

La lactancia materna es un tema especial durante el postparto,

¿y por qué decimos esto?

Veréis, la mayoría de mujeres antes de quedarnos embarazadas ya tienen muy decidido si darán el pecho o no, y tras 40 semanas de embarazo, hemos recabado información de todo, y recibimos todo tipo de consejos, y opiniones, y muchas veces partimos con una opinión un poco ficticia de lo que nos encontraremos en el postparto.

Conviene recordar algunos de las cosas con que nos podemos encontrar los primeros días del postparto en torno a la lactancia materna.

La “subida de la leche” de la que todo el mundo habla y muchas mujeres apenas perciben, no es algo de privilegiadas, no todas las mujeres notamos esta subida, si bien tenemos leche.

Nuestro pecho se prepara durante todo el embarazo sólo para producir leche, en concreto el calostro, sustancia hipernutritiva que contiene lactosa, proteínas, vitaminas, lactobacilus, y es, en resumen, lo que nuestro bebé necesitará los primeros días, con lo que es prácticamente imposible o muy infrecuente que al ponernos a nuestro bebé no tengamos leche, por que existe el calostro, y al cabo de los días se convertirá en leche de transición, con composición diferente al calostro pero igual de nutritiva.

Cuanto antes nos pongamos a nuestro bebé al pecho, especialmente durante las primeras horas, más estimularemos la producción de leche, así como de hormonas, como la oxitocina que son las encargadas de aumentar la producción y a su vez la succión del bebé estimulará más aún a esta oxitocina y a la prolactina, las encargadas de la eyección láctea y de la producción, respectivamente.

Por lo que si nos hemos puesto a nuestro bebé de manera temprana al pecho y hemos comenzado un buen agarre, no notaremos la subida de leche como tal, hecho que es muy molesto ya que el pecho se percibe lleno, ingurgitado, y es muy frecuente observarlo en mujeres que no han tenido oportunidad de ponerse a sus bebes lo antes posible a mamar, por lo que cuanto antes nos los pongamos, antes notaremos este alivio.

El dolor al mamar es algo que tenemos que vigilar es especial los primeras horas cuando se produce el agarre, ya que no debe doler. Sí puede aparecer mayor sensibilidad, alguna molestia puntual, pero no doler, por tanto lo mejor es pedir ayuda y que alguien observe el agarre para comprobar que este sea el correcto, ya que lo más probable es que el bebé no esté bien colocado, o la posición o la forma en la que agarra el pecho no sea la correcta, y por tanto nos hace daño. Notaremos el alivio cuando el bebé se coloque correctamente.

Si el dolor persiste significa que el bebé está dañando el pezón, y podrían aparecer grietas, por lo que es importante ante cualquier molestia, quitar al bebé del pecho y volverlo a colocar correctamente hasta que su boca este muy abierta y pueda coger todo el pezón y parte de la areola.

Se suele aconsejar no introducir ni tetinas, ni biberones, ni chupetes hasta que la lactancia esté establecida, ya que el bebé no necesita ningún otro alimento que no sea la leche materna, y puede interferir con el agarre correcto del pecho.

Ante esto, es importante recordar que cada bebé mamará un tiempo variable en cada una de las tomas, hay bebés que hacen tomas más largas por la noche que por el día, otros por el día más que por la noche, otros que con tan sólo cinco minutos están satisfechos, otros que son más perezosos al comer, otros que duermen mucho, por lo que cada bebé es diferente y la experiencia de cada mujer con la lactancia es variable,

Mas que nada, conviene hacer caso a lo que nuestro instinto nos diga y conocer a nuestro bebé, y saber que lo que necesita nos orientará.

Ni horarios, ni relojes, ni presiones, sólo tomas frecuentes, sin dolor, y valorando que nuestro bebé esté satisfecho y sano.

La mejor manera de comprobar que la lactancia está funcionando, no es el tiempo que tarda en pedir una toma, o que está mucho tiempo dormido, sino, valorando las micciones, las cacas que irán poco a poco cambiando y haciéndose de color amarillo, que moja los pañales, y que gana peso. Hay que tener en cuenta que cada niño seguirá su propia curva de crecimiento, y todo está bien mientras que esté hidratado y tengamos en cuenta estos factores de seguimiento.

Muchos profesionales sanitarios ante cualquier problema no dudan en introducir un biberón de leche artificial, como si esto fuera a nutrir o alimentar más que la leche que nuestro cuerpo ha fabricado expresamente para nuestro bebé. Pasar a una lactancia mixta (combinar la lactancia con biberones de leche artificial) o incluso al destete completo precoz son decisiones muy importantes que difícilmente tienen marcha atrás y que recomendamos consultar con una profesional bien formada en lactancia.