Dossier STOP Kristeller: evidencia científica

3- Evidencia científica

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Guía sobre Atención al Parto Normal de 1996, clasifica la maniobra de Kristeller, la presión en el fondo uterino durante el parto dentro de la categoría C, grupo que recoge las prácticas de las que no existe una clara evidencia como para fomentarlas y que, por tanto, debieran usarse con cautela hasta que nuevos estudios clarifiquen el tema. (1)

Tales estudios se han llevado a cabo posteriormente, y entre ellos podemos destacar los siguientes:

  • Una revisión Cochrane (organización internacional, independiente y sin ánimo de lucro cuyo objetivo es asegurar que la información actualizada y rigurosa sobre los efectos de las intervenciones sanitarias se encuentre disponible para toda la población) de 2009 afirma: “No hay pruebas suficientes con respecto a la seguridad para el recién nacido. Los efectos sobre el periné materno no son concluyentes”. Sí considera comprobado, no obstante, que "la maniobra de Kristeller no incrementa la tasa de partos vaginales espontáneos ni reduce la tasa de parto instrumental". (2)
  • Un interesante estudio del mismo año, realizado con 197 mujeres embarazadas de entre 37 y 42 semanas de gestación, intentó determinar cuál era el efecto de la maniobra de Kristeller en el acortamiento de la segunda fase del parto. Los resultados mostraron que no hubo diferencias significativas en la duración del expulsivo y que, aunque sí se vieron variaciones en los análisis arteriales de sangre del cordón de los bebés, los datos entraban dentro de los valores normales, no habiendo ningún recién nacido con un test de Apgar menor de 7 en ninguno de los grupos. Ante esta evidencia científica, los autores del estudio decidieron desaconsejar el uso de la maniobra de Kristeller. (3)
  • Usandizaga y De la Fuente contemplan esta maniobra como una de las posibles causas de rotura uterina iatrogénica. (4)
  • González-Merlo afirma que esta práctica debe ser relegada por producir mayor enclavamiento del hombro en la sínfisis púbica. (5)
  • El doctor Lattus advierte en un estudio que la maniobra que analizamos puede ser muy peligrosa, ya que produce "desgarros en la madre y problemas en el feto". (6)
  • En un estudio realizado por los doctores Alejandro Peña y Heladia J. X. se concluye que a las madres del 32% de los niños que nacieron con trauma asociado al nacimiento se les había practicado la maniobra de Kristeller. Consideran que no debería realizarse por sus graves riesgos, como fracturas, hemorragia intracraneal o cefalohematoma, que fue la lesión más frecuente en este estudio. La presión sobre el fondo uterino puede evitarse con una adecuada evaluación obstétrica y eligiendo la vía de nacimiento más adecuada para la madre y el bebé. (7)


Coherentemente con la evidencia científica reseñada:

"No existen pruebas del beneficio de la maniobra de Kristeller realizada en la segunda etapa del parto y además existen algunas pruebas, aunque escasas, de que la dicha maniobra es un factor de riesgo de morbilidad materna y fetal, por lo que se considera que su realización durante la segunda etapa del parto debe limitarse a los protocolos de investigacióńn diseñados para evaluar su eficacia y seguridad para la madre y el feto." Esta maniobra "no incre­menta la tasa de partos vaginales espontáneos ni reduce la tasa de parto instrumental" y "es ineficaz en la reducción de la duración de la segunda etapa del trabajo de parto." Por lo tanto, puntualiza, "se recomienda no realizar la maniobra de Kristeller". (8)

  • La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) refiere en sus Recomendaciones sobre atención al parto normal (2007) que:

“La presión sobre el fondo uterino podrá ser utilizada sólo con la intención de ayudar al desprendimiento de la cabeza, pero en ningún caso para facilitar el descenso de la presentación.” Es una de las posibles causas de desgarro cervical y del síndrome doloroso abdominopelviano en el puerperio, por lo cual: “la maniobra de Kristeller y la dilatación digital deberían estar proscritas en la actualidad”. (9)

1. Organización Mundial de la Salud. Cuidados en el parto normal: una guía práctica. Grupo técnico de trabajo de la OMS. Departamento de Investigación y Salud Reproductiva. Ginebra: OMS; 1996.

2. Verheijen EC, Raven JH, Hofmeyr GJ. Fundal pressure during the second stage of labour. Cochrane database of Systematic Reviews. Issue 4 Art No : CD006067 DOI: 10 1002/ 14651858 CD006067 pub2 2009.

3. Api O, Balcin ME, Ugurel V, Api M, Turan C, Unal O. The effect of uterine fundal pressure on the duration of the second stage of labor: a randomized controlled trial. Acta Obstet Gynecol Scand 2009;88(3):320-4.

4. Usandizaga, De la Fuente. Obstetricia y Ginecología. Ed. Marban. Madrid, 2010.

5. González-Merlo, J. Obstetricia, quinta edición. Ed. Elsevier España, 2006.

6. Lattus J, Paredes A, Junemann K, Martic A, Contreras P, Baeza N, et al. “Espatulas de Thierry versus forceps de Kjelland”. Revista Chilena de Obstetetricia y Ginecología, 2003; 68 (6): 477- 486.

7. Heladia J. García, Alejandro Peña. “Incidencia de lesiones asociadas al nacimiento en recién nacidos”. Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, 2004; 42 (1): 25-30. México, 2004.

8. Guía de práctica clínica sobre la atención al parto normal. Ministerio de Sanidad. Madrid, 2010.

9. Recomendaciones sobre atención al parto normal. Sociedad española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Madrid, 2007.