1.- Confía en ti, en tu cuerpo y en tu capacidad de parir.

Parir es un acto fisiológico, natural e instintivo que toda embarazada es capaz de llevar a cabo. Para ello no es necesario ser especialmente fuerte ni tener una gran resistencia al dolor. Es la mujer quien "pare", los profesionales "asisten" a la mujer en su parto. La matrona es la profesional cualificada para atender un parto normal; si se trata de un parto de riesgo, o si durante un parto inicialmente normal se presentaran problemas, el papel del ginecólogo debe consistir en ayudar a resolverlos.

Las intervenciones de los profesionales deben limitarse a aquellas que resulten necesarias para favorecer el desarrollo del parto y garantizar la salud y el bienestar de madre y bebé; toda intervención realizada sin justificación, sólo por rutina o protocolo, es innecesaria y potencialmente peligrosa, pues altera el curso normal del proceso de parto.

Piensa que tu bebé caminará contigo ese camino, y entre los dos conseguiréis el mejor nacimiento posible para él o ella.

Tú sabes, tú puedes, tú decides.