
En este momento, la situación del caso de Oviedo —en el que una mujer fue obligada a parir en un hospital— se encuentra en proceso de llevarse a Europa. Teresa atraviesa un momento muy difícil y continuar en este camino requiere de tiempo y dinero. Ante este obstáculo, las mujeres deberíamos ser conscientes de cómo puede afectar la actual situación de desamparo que nuestro país ha permitido, a todas aquellas que decidan salirse del sistema hospitalario a la hora de dar a luz a sus hijos e hijas.
Esto abre de nuevo el eterno debate sobre el parto domiciliario y el imaginario colectivo que sigue reflejando la patologización del parto y el consecuente miedo que llevamos aprendiendo sobre nuestros procesos fisiológicos, las mujeres.