A diario, miles de mujeres pareciera que estamos vestidas con una capa que nos hace imperceptibles para una parte del mundo.
“Hace unas semanas, un jueves bastante frío se transformó en el segundo día más feliz de mi vida, el test fue positivo y en ese instante se instaló en mi la ilusión de un nuevo hijo, mil sensaciones se dispararon: alegría, emoción, miedo, incertidumbre, todo junto y mezclado pero básicamente una dosis extra de felicidad se instaló en mi definitivamente. Unas semanas más tarde no me sentí bien, note cambios y sentí que algo pasaba, ya era tarde así que fuimos a una guardia, no había mucha gente así que supuse que me iban a atender rápido, la verdad que tenia tanto miedo que hubiera preferido esperar horas sin problema pero no, me llamaron rápido.