Esa matrona, borde, seria, burlona. Esa que te pareció una antipática, pero bueno, ¡qué le vamos a hacer! Algunas es que tienen un carácter... Total, la viste pocas veces, dos antes de parir y en las clases de preparación al parto. ¡Ah! Y para que te quitara las grapas de la cesárea, porque de lactancia, vaya, no te supo ayudar.
Qué nerviosa se ponía cuando alguien le preguntaba por parir sin epidural, ¿no? Qué irónica, que si parir como nuestras abuelas, que si «atraso»… Bueno, tú querías epidural, tampoco te llamó la atención.