La historia de Marga.

Hace cinco años y medio, en el Hospital de Son Dureta, nacieron por cesárea, necesaria, mis hijos mellizos.
Aunque necesaria, la vivencia me resultó un cúmulo de despropósitos y de mal trato del que aún me cuesta hablar sin llorar. Es terrible tener el recuerdo de que, el día que nacieron tus hijos, es uno de los peores de tu vida hasta la fecha.
Y a pesar de todo, a mí, lo que me sale del alma, es agradecimiento. Agradecimiento porque, aunque la experiencia fue francamente traumática, es gracias a ella que soy una mujer diferente. El nacimiento de mis hijos supuso un punto de inflexión en mi vida, un golpe “dulcemente duro”.