Parece ser lo mismo, pero no lo es.
En un parto educado, lo que cuenta es tener una habitación con vistas, un menú de lujo y un baño de hotel. Y por supuesto, que te digan Señora.
En un parto respetuoso, a lo mejor das a luz entre cajas… o en la bañera de un hospital de vanguardia, el lugar es lo de menos: nadie te presiona ni te desconcentra de tu labor.
En un parto educado te dirigen los pujos con mucho tino: cada vez que los monitores avisan. Te hacen una maniobra de Kristeller suave, (si tal cosa existe…) y te cuentan con mucho detalle cómo has de cuidar los puntos. A lo mejor en la clase de preparación al parto educado te adiestrarán para ir limpia y sin pelos desde casa: que una señora también ha de ser educada y considerada.