Equipo Blog
Donde dar a luz
Enhorabuena, ¡es una matrona!
Por Candy Tejera Tal y como están las cosas, una embarazada tiene ante si un duro trabajo: decidir donde va a dar a luz. Lo importante no es el lugar físico en si, si dichas instalaciones son las más modernas o cuentan con las “últimas tecnologías”. Lo complicado es dar con unos profesionales respetuosos que nos atiendan bien, que confíen en nosotras y que por lo tanto nos pongan fácil el confiar en ellos para transitar este momento tan importante de nuestras vidas y de las de nuestros bebes en su compañía. Pero por desgracia no hay muchos profesionales que nos garanticen este tipo de atención, es muy difícil encontrarlos y para quien ya ha pasado por una mala experiencia conseguir confiar y sentirse segura es casi misión imposible. En algún sitio leí que lo que produce infelicidad en el ser humano es la capacidad de decisión: el tener raciocinio y tener que usarlo para elegir entre varias opciones (en el caso de que afortunadamente tengamos varias opciones válidas entre las que elegir…). Porque siempre nos asaltan las dudas: ¿Habré elegido la opción correcta?, ¿Qué hubiese ocurrido si hubiese optado por otra cosa? Esta inseguridad nos hace preocuparnos, puede provocar mucho desasosiego y en definitiva hacernos sentir desdichadas. Quizá por esto mismo muchas futuras mamás no quieren pensar, no les apetece cuestionar nada ni a nadie y prefieren confiar a ciegas en que todo saldrá bien, vayan donde vayan, independientemente de quién las atienda. Para quién decide buscar otras alternativas, la sensación de vértigo puede ser muy grande, pues es mucha la responsabilidad: el parto es un momento crucial, del que depende la salud física y mental tanto de la madre como de su bebé. El establecimiento del vínculo y la lactancia, el que el bebé esté más o menos tranquilo y su madre más fuerte y segura de si misma, depende enormemente de las circunstancias que rodearon al parto. Decidamos lo que decidamos, en definitiva, es bueno que confiemos, a ser posible plenamente, en las personas que nos rodeen durante el parto, pero es mas importante que confiemos en nuestra capacidad para parir y en la de nuestros hijos para nacer. Con esto tendremos la mitad del camino recorrido.
gracias, Candy, por tu post. Creo que un problema grande es el no poder elegir libremente el hospital, cosa que se solucionaría si en todos hubiera la posibilidad de un parto natural. Sé dónde quiero parir pero me atemoriza llegar y que no me atiendan, ese es mi gran temor tras 19 semanas, no el parto en sí que quiero disfrutar al máximo y tener el mejor de los recuerdos.
No hago nada más que susporar, ojalá que este sistema arcaico, masculinizado y arcaico desaparezca pronto para dar paso a unas vivencias del parto más humanas y cuyas protagonistas sean sobre todo la mujer y los bebés.
No entiendo por qué hemos de ir a un hospital!! a parir!! Que nos dirigan el parto personas que no son ni capaces de gestar!! Y que seamos sólo trozos de carne a los que agujerear, cortar, inmovilizar y denigrar.
En fin, yo sólo espero que a mediados de julio cuando vaya a dar a luz no me toque una salvaje, y no se rían de mi plan de parto. Que me respeten. Y que me dejen vivir ese momento gozoso que estoy deseando vivir. A pesar de todo.
Paloma.
Córdoba.
Si sabes con lo que te vas a encontrar y escoges entonces es tu decisión.
Lo malo son todas esas madres que creíamos, que jamás esperabamos un trato tan inhumano, nadie nos lo contó.
Fuimos felices a dar a luz a nuestros bebés, confiabamos en la humanidad de las personas que nos iban a atender, y también confiabamos en nosotras.
A esas mujeres, el daño que se nos hace es irreparable a mi me robaron 4 años de mi vida, y por robarme me robaron hasta mi derecho a una asistencia sanitaria.
Jamás he vuelto a confiar en un médico, mi razón me dice que habrá buenas personas como en todos los sitios, pero yo no los conozco.
Las únicas personas realmente crueles con las que me he tropezado en mi vida fueron las que me atendieron en el Hospital de Cabueñes y los responsables del mismo.
Pues yo solo puedo decir que ahora sé más que nunca que mi salud depende de la suerte. La suerte del celador, de ginecólogo que me toque en urgencias, de la enfermera, de la matrona, del gine que haya de guardia en los partos... y de que no haya futbol, o huelga, o sea cambio de turno, o, o, o...
Y la verdad es que tengo mucho miedo.
Estoy buscando un hospital en el que me traten con respeto a la hora de parir.
Tengo algo de información, pero si alguien tiene buenas experiencia me encantaría conocerlas.
Szalay
Yo he decidido cambiar el centro asignado porque busco para este segundo parto una atención más humanizada y espero conseguirlo, pero creo que lleva mucha razón la frase que afirma que si confías en tu capacidad para parir y la capacidad de tu hijo para nacer tienes un buen recorrido hecho.