La toxoplasmosis

Seguramente, alguien te ha mencionado que las embarazadas no pueden comer jamón serrano para no contraer la toxoplasmosis. O al contrario, a ti te han dicho que sí, pero a tu amiga que ni se le ocurra y estás hecha un lío. Pues vamos a aclarar esta cuestión antes de dejarte sin comer jamón varios meses, lo cual puede ser bastante duro viviendo en España. Bueno, te daremos una pista antes de que te leas el artículo entero: sí, puedes comer jamón, serrano y cocido. Y no, no tienes que dejar de hacer mimitos a tu gato.

¿Qué es la toxoplasmosis?

La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa ocasionada por un protozoo parásito llamado Toxoplasma gondii, un parásito intracelular obligado. Se considera una zoonosis, es decir, una enfermedad cuya vía de transmisión va desde los animales a los seres humanos mediante diferentes mecanismos de contagio, por ejemplo, la ingestión de alimentos contaminados o la manipulación de heces de animales portadores.

En España carecemos de datos objetivos que nos ayuden a cuantificar la prevalencia de la enfermedad, pero se calcula que podría estar en torno al 25%.

¿Qué puede pasarnos a mí y al bebé?

La toxoplasmosis suele causar en la embarazada infecciones leves (fiebre, astenia, cefalea o dolores musculares, entre otros síntomas) o incluso asintomáticas que pueden confundirse con cansancio u otros procesos, pero en el feto la toxoplasmosis congénita puede llegar a ser grave y por eso es importante evitar exponerse a ella durante la gestación.

Las consecuencias sobre el bebé dependen del momento del embarazo en que se contrae la enfermedad: a menor edad gestacional, más difícil es para el parásito atravesar la barrera placentaria. Se calcula que el riesgo es del 15% en el primer trimestre, del 25% en el segundo trimestre y del 60% en el tercero. Sin embargo, la enfermedad es más grave cuanto antes se presente la infección, pudiendo llegar a provocar la muerte fetal o importantes secuelas. En caso de contraerla, existen medicamentos que pueden administrarse durante el embarazo, a fin de minimizar la incidencia sobre el bebé.

¿Cuáles son las vías de contagio?

La principal vía en nuestro país es el consumo de verduras crudas mal lavadas. ¡Y el pobre jamón, que no tiene culpa de nada, proscrito y mal mirado! Sin embargo, basta con lavarlas a conciencia (ver apartado siguiente) para eliminar riesgos.

Lo mismo ocurre con los animales domésticos: sólo los gatos y otros felinos pueden transmitirla, así que es importante, si tienes que manipular sus heces, lavarse bien las manos después.

¿Cómo puedo evitar contraer la toxoplasmosis?

Es sencillo, basta con seguir unas normas generales de higiene para evitar la transmisión por alimentos o agua contaminada, no consumir carne cruda o poco cocinada y evitar el contacto con heces de gato.

  • Higiene: es muy importante que te laves bien las manos después de manipular carne cruda y verdura fresca. Por supuesto, también debes hacerlo después de limpiar las heces de tu gato, si lo tienes, y siempre que estés en contacto con tierra (en el jardín, en el parque…).
  • Consumo de carne: la vaca no puede transmitir el toxoplasma, así que en teoría no puedes contraer la enfermedad incluso aunque comas carne de vaca cruda, si no se ha mezclado con la de otros animales. Sin embargo, como muchas veces es imposible saberlo, basta con cocinar la carne (del animal que sea) por completo antes de comerla. También puedes congelarla a -20º, puesto que el toxoplasma no aguanta esa temperatura.
  • Verdura: la verdura cruda podría haber estado en contacto con agua o tierra infectada por heces de animal, así que es imprescindible que la laves con mucho cuidado. No basta con sumergirla en agua ni con agregarle un desinfectante, sino que debes lavarla por arrastre, bajo el chorro de agua y frotando hoja por hoja para eliminar cualquier resto.

¿Qué alimentos son seguros?

Para empezar, los alimentos bien curados son incapaces de transmitir la toxoplasmosis, porque la cantidad de sal que se emplea y el tiempo de curado matan el toxoplasma.

Sí hay que evitar, como hemos dicho más arriba, las carnes crudas y tener mucho cuidado al lavar la verdura.

Puedes comer tranquilamente embutidos bien curados (ibéricos de buena calidad) y cocidos (jamón york, pavo, pollo…), carne bien cocinada y verdura. Si tienes dudas sobre el tiempo o la calidad de la curación de tus embutidos, no tienes más que congelar el alimento en cuestión a -20º (seguro que tu congelador puede ajustarse a esa temperatura) antes de comerlo. Tambien te animamos a leer esta entrada en el blog en la que se resume la evidencia científica disponible sobre el tema.

Un detalle: todo el jamón serrano que compres loncheado y envasado ya ha sido congelado previamente para poder cortarlo, así que puedes comerlo con tranquilidad.

¿Qué hago con mi gato?

Nada que no hagas a diario; no hace falta que dejes de tener contacto con él, aunque hayas oído que no puedes hacerte cargo de la limpieza de sus deposiciones o incluso que tendrías que deshacerte de él.

Si te quedas más tranquila, puedes delegar la limpieza de sus heces en otra persona; pero si no tienes esa opción, bastará con que lo hagas con guantes (para evitar que algún resto pueda alojarse bajo las uñas) y lo más rápidamente que puedas (para que las heces no pasen demasiado tiempo en la bandeja y el protozoo no pueda proliferar en ellas). Por supuesto, después debes lavarte las manos concienzudamente (suponemos que eso ya lo hacías).

Por cierto, ya que estás leyendo estas líneas, es interesante que sepas algo sobre la listeriosis, otra enfermedad con la que tenemos que tener especial precaución durante el embarazo y que se transmite principalmente por el consumo de alimentos como carnes mal cocinadas, verduras mal lavadas y productos elaborados con leche cruda. Información sobre la listeriosis: http://www.foodborneillness.com/listeria_food_poisoning/

Para saber más:

"Las embarazadas, los gatos y el jamón", Blog El Parto es Nuestro, 10 de abril 2013.