Hiperemesis gravídica (HG)

La hiperemesis gravídica (HG) es una forma grave de las náuseas y vómitos del embarazo. Generalmente es descrita como una náusea o vómito excesivo y constante que impide la toma adecuada de nutrientes. Si la condición de esta HG es severa o si no se trata adecuadamente, se asocia con:

  • Pérdida grave de peso: más del 5% del peso anterior al embarazo (puede acercarse al 10% en muchos casos)
  • Deshidratación y producción de cetonas
  • Deficiencias nutricionales
  • Desequilibrio metabólico
  • Dificultad para realizar las actividades diarias.

La HG suele comenzar hacia la semana 6 de embarazo y durar más allá del primer trimestre. En muchos casos, suele ceder alrededor de las 20 semanas, pero hay mujeres que la sufren durante todo el embarazo.

La HG es un trastorno poco conocido. Afecta a entre un 0,5 y un 2% de las mujeres. Se trata, afortunadamente, de un porcentaje bajo, pero el total de mujeres que lo sufren finalmente arroja un número de afectadas bastante elevado. Conviene aclarar y tener muy presente que la HG no es, ni se parece, a las ‘típicas’ náuseas del embarazo, que se estima que llegan a afectar hasta a un 75% de las mujeres. Y conviene aclararlo porque el primer enemigo de las mujeres que sufren HG es la incredulidad de la gente que las rodea. El colectivo médico es un gran desconocedor de este trastorno, y cuando se enfrenta a él, tiende peligrosamente a minimizarlo, haciendo creer a la mujer embarazada con ello que esos síntomas son normales y que ella se queja en exceso. Y la gente que rodea a la embarazada, por lo general de manera bienintencionada, tiende también a quitarle importancia (“uy, eso también lo pasé yo. El mejor remedio es comer unas galletitas saladas antes de salir de la cama”).

A veces, un caso de náuseas matutinas normales acaba complicándose y convirtiéndose en HG por la debida falta de atención a su progreso. Para distinguir entre ambas dolencias, podemos ver el siguiente cuadro (1):

Náuseas matutinas típicas

Hiperemesis Gravídica

* Pierdes poco o ningún peso

* Pierdes entre 2 y 9 kilos o más (generalmente >5% peso preconcepcional)

* Las náuseas o vómitos no interfieren con tu capacidad de comer y beber lo suficiente cada día.

* Las náuseas o vómitos hacen que comas y bebas muy poco (o no retengas apenas nada) y que te deshidrates si no se tratan.

* Vomitas poco y las náuseas son esporádicas, pero no graves. Puede causarte incomodidad y sufrimiento.

* Vomitas frecuentemente y puedes vomitar bilis o sangre si no te tratas. Las náuseas son de moderadas a graves y constantes.

* Los cambios en la dieta (muchas comidas en poca cantidad, hidratos de carbono, etc) o en el estilo de vida son suficientes para hacerte sentir mejor

* Probablemente te hará falta rehidratación vía intravenosa y/o medicación para detener los vómitos.

* Generalmente, mejorarás gradualmente después del primer trimestre, aunque de vez en cuando te puedas sentir un poco asqueada Sensación de asco en algún momento del embarazo.

* Generalmente, podrás empezar a sentirte mejor allá por la mitad del embarazo, pero podrías continuar con la sensación nauseosa y los vómitos durante el resto del embarazo.

* Podrás trabajar y cuidar de tu familia la mayor parte del tiempo.

* Serás incapaz de trabajar durante semanas o meses, y puede que necesites ayuda incluso para cuidar de ti misma

Aún hoy, hay mucha controversia y pocos resultados claros a la hora de constatar cuál es el origen de la HG. Hay varias teorías (2), que apuntan hacia factores tanto hormonales como nutricionales, genéticos, emocionales, psicológicos… Lo peor de no conocer las causas de una dolencia es que la hace prácticamente imposible de prever y prevenir, con lo cual la medicina actual sólo puede atacar sus síntomas.

Uno de los grandes problemas de este trastorno es que una de las teorías acerca de su origen lo pone en la mente de la madre, mostrándolo como un asunto psicológico que aparece como consecuencia del rechazo de la madre hacia su hijo. Esta teoría defiende que la mujer en realidad no quiere ser madre y su cuerpo reacciona así. Cuando un médico expone esta teoría a una mujer cuyo embarazo es deseado puede causar inquietud y malestar en ella, además de que ese convencimiento impide que se siga buscando el origen real del problema.

No es una enfermedad entendida ni por el entorno de la paciente, ni por una buena parte del entorno médico, que tiende a actuar a la defensiva con las mujeres que lo sufren, porque piensan que están exagerando la situación a propósito o que es algo que se provocan ellas mismas (por ese supuesto rechazo del hijo). En varios estudios se hace hincapié en la forma clínica correcta de tratar a las mujeres que sufren HG, puesto que un común denominador en muchas de ellas es el haberse sentido menospreciadas y haber sido tratadas con hostilidad, sin apenas credibilidad al relato de sus experiencias, y lo que es peor aún, juzgadas. Y esto sólo empeora el cuadro depresivo que acompaña a la HG.

El tratamiento de la HG es un gran reto y es crítico atajarla cuanto antes. Habría que tener en cuenta todos los posibles orígenes y sus posibles complicaciones, pero, sobre todo, hay que prevenir y corregir las deficiencias nutricionales para asegurar lo más posible el bienestar de la madre y el bebé (3). Tradicionalmente, se ha infravalorado el efecto que la desnutrición severa de la madre puede tener en su hijo, gracias a la extendida teoría de ‘parasitismo’ del bebé, que supuestamente obtiene los nutrientes del cuerpo de su madre aunque esta no se alimente lo suficiente. Hoy, cada vez más, se sabe que esto no es exactamente así y que una alimentación insuficiente e inadecuada de la madre durante un período tan crucial y prolongado tiene efectos adversos en la salud de los bebés, tanto a corto como a largo plazo. (4)

La mayoría de los estudios que examinan los riesgos y los resultados para una mujer que sufre náuseas y vómitos moderados no encuentran grandes efectos adversos a largo plazo. Pero si los síntomas se intensifican y no son tratados adecuadamente, el riesgo se incrementa de manera considerable, hasta el punto de poder ser fatal para uno de los dos o para ambos, madre e hijo. De hecho, existen casos tan severos de esta enfermedad en los que se aconseja, para salvar la vida de la madre, (y a veces por petición expresa de ésta) un aborto terapéutico.

El enfoque terapéutico (5) es importante porque, aunque la probabilidad de sufrir HG es muy baja, la probabilidad de que una mujer que lo haya sufrido repita la experiencia es bastante alta (6)(en torno a un 15-17% frente al 0,5-2% de las mujeres que no lo han sufrido nunca). Hay varios estudios (7)(8), aunque de momento ninguno concluyente, que muestran que es un problema que se da en mujeres de una misma familia, pero que pasa de unas a otras sólo de forma matrilineal. Es decir, que si la madre o las hermanas de una mujer lo han sufrido, esa mujer tiene muchas más probabilidades de resultar afectada que otra mujer cuya madre o hermanas no estuvieron afectadas.

Bibliografía:

  • (1) Hiperemesis Education Research Foundation.
  • (2) Munch S. Chicken or the egg? The biological-psychological controversy surrounding hyperemesis gravidarum. Editorial: Social Science & Medicine 55 (2002) 1267- 1278.
  • (3) Zapardiel, I., De la Fuente, J., Bajo Arenas, JM. Guía Práctica de Urgencias en Obstetricia y Ginecología (acorde a los protocolos de la SEGO). Editores Habe, 2008.
  • (4) Rivero, Enrique. Extreme morning sickness could lead to lifelong emotional, behavioral disorders in kids.
  • (5) Ebrahimi N., Maltepe C. , Einarson A. Optimal management of nausea and vomiting of pregnancy. International Journal of Women’s Health 2010:2
  • (6) Trogstad L. (et al.). Recurrence risk in hyperemesis gravidarum. BJOG: an International Journal of Obstetrics and Gynaecology. December 2005, Vol. 112, pp. 1641–1645
  • (7) Vikanes A. (et al.). Recurrence of hyperemesis gravidarum across generations: population based cohort study. BMJ 2010;340:c2050
  • (8) McCook, Alison. Severe morning sickness runs in families.

La experiencia de una madre: Hiperemesis gravídica. Cuando un embarazo se convierte en una pesadilla. (Blog la mamá de mateo)