Estamos de luto
España a día de hoy no tiene nada que celebrar y mucho de lo que avergonzarse.
No solo se ha privado a una mujer embarazada de su libertad, sino que se han vulnerado sus derechos como paciente (Capítulo II de la LEY 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica -en adelante Ley de Autonomía del Paciente-). Somos el hazmerreír de Europa y del mundo entero.
Tras este acto incalificable, se ha producido un efecto viral, tanto dentro como fuera de España, en el que se está expresando la repulsa por un hecho tan atroz, propio de épocas dictatoriales y tiranas. La democracia está de luto, así como miles de mujeres en España, que durante estos días han encendido sus velas y alzado sus voces para condenar este abuso de poder, esta profanación del cuerpo de una mujer, esta aberración antidemocrática, esta violencia obstétrica que ejemplariza lo que miles de mujeres sufren en silencio durante sus embarazos, partos y pospartos, siendo coaccionadas, amedrentadas y mortificadas por los que deberían ser profesionales sanitarios. Y decimos deberían porque no lo son, porque se saltan a la torera el código deontológico, la Ley de Autonomía del Paciente y los derechos de la mujer en el parto (que puede encontrar aquí).
Desde El Parto es Nuestro, urgimos a todos y todas los que os alegráis de las acciones llevadas acabo a dejar de celebrar y congratularse por este atentado contra los derechos de las mujeres en el parto y os invitamos a uniros a la lucha contra la violencia obstétrica.
El Parto es Nuestro
Imagen por cortesía de pixabay.com
Me aterroriza pensar que las decisiones de un profesional, puedan estar sobre las nuestras en lo que incumbe a nuestro cuerpo. Cuando no hay riesgo real inminente, cuando está atendida por un profesional sanitario, cuando están todos los controles perfectamente. Un médico decide, un juez obliga sin dignarse a escuchar a las partes y finalmente una familia (de nuevo) ha de sobrevivir a las consecuencias. No ha cambiado mucho las cosas, seguimos siendo ciudadanas de segunda, meros contenedores sin voz ni voto. Y para más recochineo lo hacen para "salvar la vida de nuestros hijos" asi que a callarse y dar las gracias.