Cheli Blasco
8 Mayo 2013
  •  
11 comentarios

Intentémoslo sin violencia

Frédérick Leboyer, allá por 1974 escribió un libro llamado Por un nacimiento sin violencia. El libro se lee como una poesía, y lleva imágenes espeluznantes, que hielan la sangre. Imágenes en blanco y negro que seguro que este buen hombre se imaginaba que habrían quedado obsoletas para cuando lo leyéramos en el siglo XXI los bebés que estábamos naciendo mientras él escribía.

Si supiera, el pobre Leboyer, que esos bebés, ya madres y padres, tenemos las mismas imágenes de nuestros bebés recién nacidos, colgando de los pies, en manos de médicos sonrientes y orgullosos, imágenes a todo color y digitales.

"El bebé siente todo de forma más aguda, más potente, porque las sensaciones son todas nuevas, y porque su piel es tan fresca, tan tierna, mientras que nuestros sentidos adormecidos están casi muertos" (la traducción es mía).

Nuestros sentidos adormecidos están casi muertos porque han olvidado el calor. Han olvidado lo que era estar en un medio perfecto, donde no existen las necesidades, donde todo es calor y amor. En el vientre de mamá el bebé está seguro, cuidado, mecido y amado siempre.

De pronto, parece haber sido desgarrado de ese paraíso, colgado boca abajo como un prisionero de guerra. Sus manos buscan tocar, su grito pelado retumba en oídos adormecidos. "El niño está loco con ansiedad por la simple razón de que ya nadie lo acurruca" continúa Leboyer. Lo único que conocía el bebé era el tacto permanente, omnipresente del útero de su mamá.

Al nacer "en vez de acoger su cuerpecito, lo amarramos de los pies, dejándolo colgar en el vacío. Y la cabeza (...) la dejamos colgar, y le damos al bebé la sensación de que todo gira, mareado, de que el universo es puro vértigo insoportable".

Fijaos en las manos de ese bebito. Manos desesperadas que buscan a su mamá, como si fuera parte de su propio cuerpo, como si fuera lo único que conoce, su única paz.

¿Como si fuera? ¿A caso no lo es?

Quizás un nacimiento sin violencia solo requiera de paciencia, humildad, silencio y amor, como dice Leboyer. Quizás requiera que recordemos que se trata de un nuevo ser que viene al mundo, y lo recibamos con el amor y el respeto con que recibimos a una visita importante que estuvimos esperando por meses y meses.

Leboyer termina con las siguientes frases:

¿Qué más se puede decir? Solo una cosa.

Intentémoslo.”

Creo que eso es poco a poco lo que vamos haciendo. Porque el parto es nuestro, pero el nacimiento es suyo.

Sobre la foto: Se titula ‎"Momento único" y fue tomada en el hospital Evangélico de Londrina, de Brasil.

Paula G Salanova
9 Mayo 2013

Maravillosa entrada Cheli. Me ha encantado, cuanta razón y cuanta sensibilidad en tus palabras.

Terrible la foto. Deleznable. 

 

Lourdes Alonso
9 Mayo 2013

El libro de Leboyer me impactó, es un libro precioso que todos deberíamos leer. Una entrada maravillosa, espero que pronto ningún niño sea recibido en el mundo como en la imagen...

puuzlita (unverified)
11 Mayo 2013
una imagen horrible.... yo nunca olvidare la imagen de mi hijo, cogido de un pie, pasando del ginecologo a la matrona, mientras lloraba.... y yo tendida, queriendo gritar que me lo diesen, pero sin poder hacerlo... o quizas si lo grite y nadie me hizo caso, y por eso me parece que el grito ni salio de mis labios... Ojala eso cambie pronto! ... yo de momento, el proximo en casa
gabriela felix (unverified)
8 Mayo 2014

Enviado por gabriela felix (no verificado) el

Enlace permanente
lo que dice el autor es totalmente cierto y hermoso, que tenemos que poner en practica y yo creo que tenemos que llevarle 1 copia a cada dr. que practica los nacimientos o cesareas el como deben de tomar al bebe. que imagen tan mas horrible, jamas me gustaria ver que alguien tome asi a un recien nacido !
Ivan (unverified)
5 Feb 2015
Que ignorancia la del autor del libro y la de la gente que comenta esto, debería leer los principios médicos antes de creer que el hospital es una casa de tortura, la medicina tiene como único objetivo ayudar a las personas... Se preparan 6 o 7 años y en el caso del especialista otros 5, para saber lo que hacen exactamente, no como todos ustedes que solo miran con el ojo de la ignorancia.
Vanesa (unverified)
6 Mayo 2015
Impactante la foto. Pensar que posiblemente a mis hijos los agarraron de esta manera y yo tan desvalida ni me di cuenta. Me horroriza.